Las exitosas operaciones aeroterrestres contra las Farc, requieren acción sicológica y cooperación civil militar para la consolidación

Publicado: 2010-02-27   Clicks: 3803

     Los contundentes golpes causados por la Fuerza Pública contra las Farc durante los últimos tres años, producto de la sincronizada coordinación de la inteligencia militar, la maniobra táctica de las unidades de superficie y la precisión del fuego aerotáctico, infieren que el Estado Colombiano va ganando la guerra contra el narcoterrorismo; que las Farc cada día se aferran mas a la legitimación política que puedan recibir de sus socios del Foro de Sao Paulo y la alcahuetería de Colombianos por la paz; y, que  comienza a aparecer una luz al final del túnel después de cinco décadas de terrorismo comunista contra Colombia.

    Pero también indican, que si no hay inyección de presencia estatal efectiva con obras de infraestructura, mejoría en salud, vivienda, educación y generación de empleos mediante el estímulo a la creación de empresas, los terroristas tendrán la posibilidad de reclutar a otros incautos.

    Además, se requiere una alta dosis de acción sicológica para invitar a los terroristas a que deserten, que entreguen las armas, los documentos, los preciados computadores, los equipos de comunicaciones y desde luego que denuncien a sus cabecillas, a menos que los jefes de cuadrillas entren en el camino de la sensatez y se entreguen con todos sus subalternos.

    Así como la actividad de la Cancillería en el exterior ha sido muy parca para desenmascarar a las Farc y al Eln ante el mundo entero, la actividad del gobierno nacional en su conjunto ha sido muy tibia en el campo de la guerra sicológica.

    Por leguleyadas heredadas de los formalismos santanderistas, hay cortapisas para publicar de manera permanente, consistente, sistemática y seria, la información de las recompensas. Ningún colombiano sensato puede entender, que los ministerios de Defensa, Interior, Comunicaciones y Relaciones Exteriores no articulen planes mas sólidos, para inducir a los potenciales informantes a denunciar a los terroristas y mucho menos, que no se aproveche la cobertura mediática para repetir hasta la saciedad las cifras que se pagan por las recompensas para quien suministre información que conduzca a la captura y posterior enjuiciamiento, de quienes se han declarado enemigos de Colombia y promotores del atraso que no deja salir al país del subdesarrollo.

    Por otro lado, es necesario evaluar cuál es el punto de quiebre de la guerra. No basta con las trascendentales bajas en combate, que sin duda han afectado la intencionalidad combativa de las Farc. Es urgente actuar dónde han sido fuertes para desarticular esa fortaleza estratégica. Hay experiencias interesantes que pueden servir de referentes estratégicos y tácticos. La lucha del gobierno filipino contra las guerrillas Huks aporta mucha información al respecto.

    La principal razón para que las Farc hayan subsistido durante 50 años radica en el trabajo persistente de organización de células de apoyo, realizado de manera simultánea por el Partido Comunista Colombiano y las comisiones de "maseros" de las Farc. En la medida que Alfonso Cano adquirió mayor ascendencia dentro del Secretariado y que los ingresos del narcotráfico convirtieron a las Farc en una guerrilla rica y bien dotada, el grupo terrorista enfatizó en  esa parte de su plan estratégico, vital para la supervivencia.

    Entre las actividades desarrolladas para arraigar su crecimiento político, las Farc aumentaron la presencia de "embajadores" en el exterior, estrecharon lazos con Correa, Chávez, Lula y demás mandatarios mamertos del hemisferio; multiplicaron las células delictivas en los sindicatos, las universidades, los barrios deprimidos de las principales capitales y desarrollaron la concientización pro terrorista de colonos y campesinos en el suroriente colombiano.

   Los computadores incautados en diversos golpes tácticos, indican que como alternativa que les ha resultado efectiva, las Farc aumentaron el trabajo político, en la medida que valoraron que la estrategia de seguridad democrática, les impedía el despliegue armado que lograron durante los débiles gobiernos de Gaviria, Samper y Pastrana.

    De esa realidad se desprende una conclusión sencilla pero concreta. Si las Farc han echado raíces "sentimentales" en algunas zonas producto de la comunicación interpersonal, del contacto cara a cara con el campesino o el blanco audiencia determinado para reclutar mas terroristas, es obvio y elemental que el Gobierno Nacional debe dejar atrás la retórica publicitaria de ministros de Defensa ansiosos de protagonismo electorero o de personajes ansiosos de mostrar resultados con muertos adversarios pero sin conquistar las mentes y los corazones de la población civil y de quienes de manera equivocada se han encuadrillado.

    Para el efecto, se debe dar menos trascendencia a verter miles de volantes desde helicópteros y aviones o a perifonear después de un combate. Sin dudas que son acciones positivas, pero estas serán más efectivas si previa elaboración de un programa con lineamiento estratégico y táctico, de obligatoria ejecución en todo el territorio nacional, los comandantes de los soldaos, los infantes de marina o aviación y los policías se dedican a estrechar lazos con la comunidad, a reunirlos y entregarles lso testimonios de los terroristas desertores, a enviar con ellos los volantes a los terroristas para que se rindan, y a participar en la organización comunitaria, en aras de evitar que los guerrilleros politicen las asociaciones cívicas, las juntas de acción comunal, etc.

    Así fluirá la información y se fortalecerán los necesarios nexos cívico-militares. La población civil estará del lado del Gobierno Nacional y de las Fuerzas Militares, se podrá combatir con intensidad el narcotráfico y se evitará que por afán de protagonismo mediático o presión superior algunos uniformados cometan errores criminales como tolerar grupos de autodefensa ilegal o caer en la tentación de cometer "falsos positivos". La explicación es clara: La única fuerza armada que puede transitar el territorio colombiano es la Fuerza Pública, que es un patrimonio de los colombianos. A los bandidos de todas las pelambres es necesario combatirlos con todo el peso de la ley.

   Pero claro, paralelo con todo esto el Gobierno nacional debe llegar con soluciones en todos los campos, situación que requiere que los ministerios dejen de pensar que su labor principal se circunscribe a la capital de la república, que los senadores legislen y actúen no pensando en las componendas de siempre o los oscuros montajes de sus jugosas pensiones; que los gobernadores y alcaldes entiendan que ellos son parte integral y definitiva para la solución del problema y no simples espectadores.

    Que la iglesia católica entienda que ellos no son solo mediadores sino parte del conflicto. Que los periodistas aterricen y dejen de pensar y de difundir en diversos escenarios que son imparciales y solo les compete cubrir la noticia. Basta con que se detengan a pensar en las arbitrariedades de Chávez con los medios de comunicación, para que se den cuenta que les sucedería si los comunistas gobernaran el país.

   Pero claro, que los politiqueros corruptos dejen de robar y de hacer componendas oscuras para perpetuar a sus herederos y amigos en los cargos públicos, o en las corporaciones legislativas de los tres niveles de la administración. Colombia es un patrimonio de todos los colombianos. No la despensa personal de unas pocas familias, que se han apoderado por décadas de la representatividad nacional y regional.

    Y desde luego, que la población civil entienda que la guerra de las Farc contra Colombia es un problema que exige participación de todo el país. Que no es un simple problema de militares y policías contra los terroristas, o que la paz, es un asunto entre el presidente y los delegados del Secretariado de las Farc. En síntesis, aquí no hay población civil ajena al conflicto como de manera irresponsable promulgan algunos periodistas, algunos miembros de la cruz roja nacional, y algunos "analistas" del conflicto, todos carcomidos por la estupidez funcional, de pensar que la guerra de los comunistas y de las Farc no es contra Colombia, sino contra una fracción de la población.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

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