Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Publicado en ell Diario El Tiempo de Bogotá-Colombia el 30 de Mayo 2007 2:29 PM
http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/05/Farc-43-aos.php
El 13 de mayo pasado Tirofijo cumplió 77 años de edad y el 28 del mismo mes, las Farc cumplieron 43 años de existencia, desde su creación en 1as montañas del sur del Tolima, en desarrollo de la estrategia integral de la combinación de todas las formas de lucha determinada por el noveno congreso del Partido Comunista Colombiano. Durante este lapso las Farc han gravitado por el bandolerismo crónico de los años sesenta, el narcotráfico y el narcoterrorismo.
Además de la estela de sangre, miseria, destrucción y violencia dejada durante cuatro largas décadas, surgen otros elementos que inducen a evaluar la razón de la crónica pervivencia de las Farc y la incapacidad de 11 gobiernos sucesivos para derrotarlas en los campos político y militar.
En esencia las Farc son un grupo terrorista financiado con dineros derivados del narcotráfico, la extorsión, el lavado de activos y el secuestro; cuyas estructuras son guiadas por el marxismo leninismo en pos de la toma violenta del poder político, para instaurar una dictadura comunista en Colombia, similar a la de Cuba, Corea del Norte o Cambodia.
Para el efecto, el movimiento armado desarrolla un proceso integral de guerra revolucionaria denominado el Plan Estratégico de las Farc, el cuál abarca componentes políticos, militares y financieros. Por su parte el Estado colombiano, ha sido reactivo e incoherente en la respuesta a la agresión.
Producto de la incomprensión mutua, ni las élites civiles de turno, ni los advenedizos ministros civiles de Defensa, ni los ensoberbecidos presidentes de la república, ni los erosionados congresistas, ni los gobernadores departamentales, ni los ministros de las demás carteras, han conocido ni mucho menos estudiado la intencionalidad estratégica de las guerrillas comunistas.
Por simple desconocimiento de los planes y programas del adversario, los 11 gobiernos colombianos desde 1964 hasta la fecha, han recurrido a utilizar la fuerza militar sin respaldo político, ni herramientas jurídicas suficientes y en muchos casos sin la dotación logística adecuada para combatir en ambientes inhóspitos de guerra irregular.
Mientras las Farc han desarrollado una estrategia concisa y articulada a objetivos intermedios, incluida la preparación doctrinaria de los eventuales sucesores de Tirofijo, los gobiernos colombianos de turno han sido torpes y faltos de claridad en la formulación de objetivos concretos en aras de erradicar el mal de raíz.
La diferencia de conceptos es grande. Mientras los sucesivos representantes del establecimiento han interpretado las conversaciones de paz y la ubicación de civiles en el ministerio de Defensa, como la posibilidad para hacer política y proyectar egoístas derroteros políticos, las Farc las han visto como la posibilidad para ganar reconocimiento político nacional e internacional, debilitar la imagen de autoridad estatal, fortalecer las estructuras clandestinas, dilatar la guerra y cambiar espacio por tiempo.
Ante la falta de estrategias claras por el lado gubernamental, el conflicto se ha tornado crónico e internacional, el campo se ha sumido en el atraso, las principales ciudades se han superpoblado, el crecimiento del PIB ha sido parco, el narcotráfico encontró un fuerte aliado en los grupos armados irregulares, se fortalecieron las Auc, se erosionó mas la dirigencia política matizada de diversas formas de corrupción y las Farc continúan el desarrollo sistemático de una estrategia calculada, coherente y corrosiva.
Cuarenta y tres años de guerra interna, así muchos dirigentes políticos y académicos quieran minimizarla llamándola de otra manera, invita a la reflexión y la búsqueda de una solución satisfactoria al absurdo conflicto. No se puede volver a caer en la estulticia pastranista, ni en el oportunismo gavirista, ni en el desgobierno samperista, ni en dejar que sean las Farc quienes ponen las condiciones y reglas de juego en cada conversación. Es hora de llegar a acuerdos fundamentales, fijar cronogramas, establecer metas intermedias y finales, construir las bases de una paz duradera y trazar estrategias de gobierno a largo plazo para reorientar el desarrollo nacional.
Combatir o negociar sin tener clara la estrategia adversaria y sin un plan integrado de los asuntos políticos con los militares, solo contribuye a que las Farc sigan cumpliendo mas años, a que Tirofijo muera de viejo y a que Colombia siga desangrándose, sin que el ingente sacrificio de los soldados sea suficiente para ganar la guerra contra el terrorismo subversivo-comunista y conquistar la paz en todo el territorio nacional.
Escritor estratega