Santos no busca la paz para Colombia, busca el Premio Nobel de Paz para él

Publicado: 2014-07-23   Clicks: 2491

         Análisis del conflicto colombiano

    Ganar la guerra para conquistar la pazA juzgar por la evolución de los hechos, todo parece indicar que Juan Manuel Santos sigue empecinado en lograr el segundo de sus tres objetivos egocéntricos: 1. Reelección lograda con mermelada y otras estratagemas, 2. Premio Nobel de Paz y 3. broche de oro con Secretaria General de la ONU. Eso significa que al vanidoso mandatario no le interesa que se concrete la paz en Colombia con los grupos narcoterroristas, sino que su “esfuerzo” apostólico sea laureado con el Premio Nobel de Paz, aquel que les fue esquivo a sus antecesores Belisario Betancur y Andrés Pastrana, iguales de limitados en visión estratégica para dirigir el país, desconocedores del Plan Estratégico de las Farc, pero eso sí, convencidos de que un problema tan grave se resuelve con politiquería y palabrería mediática, sin importar el daño que se cause a Colombia.

     Al instalar el congreso de la república el pasado 20 de julio, Santos vociferó con satírica actitud contra su contradictor de marras Álvaro Uribe, que este es el parlamento de la paz, y luego, reiteró su egocentrismo que apunta a crear una burbuja de aparente vocación pacifista mundial, al rendir cuentas a Rusia y China en la reunión de las economías emergentes en Brasil.

     Pero por otro lado las Farc, insisten en lo mismo de siempre desde que aparecieron en el escenario del terror contra el pueblo colombiano. Que ellos son comunistas, que no entregan las armas, que con sus crímenes de lesa humanidad representan al pueblo, que la única paz posible en Colombia es cuando desaparezca el capitalismo y toda forma de propiedad privada, e inclusive Timochenko, desde su cómodo refugio en Venezuela,  recordó en una extensa carta todas las artimañas publicitarias pero sin posibilidad de éxito, que Santos ha utilizado para argumentar que la paz con las Farc está muy cerca.

      De remate, el general Rey Navas destapó otra presumible olla podrida de la politiquería en Colombia, con las graves acusaciones contra Santos y otros altos funcionarios acerca de cómo se teje la fábula del proceso de paz en La Habana. Que de ser ciertas, dejan a Colombia frente a una crisis de institucionalidad y de probable traición a la patria. Llama la atención que ninguno de los implicados respondió a estos señalamientos, sino que Santos con estilo oportunista y calculador para desviar el foco de la atención y poner en enredicho la cohesión de los militares, ordenó al Comando del Ejército que saliera a rectificar a Rey con algunas cifras. Y asunto arreglado.

     Los medios de comunicación colombianos, mediocres y carentes de independencia frente a un gobierno que les suministra mucha pauta publicitaria y tiene entre sus directores a varios parientes y amigos íntimos de la alta alcurnia progobiernista de turno, en este caso como en todo lo que sucede en Colombia, ratifican que no hay periodismo con profundidad ni con deseo de llegar a la verdad para bien del país, sino oportunismo mediático y ruido temporal.

      En el Valle del Cauca, fue capturado un traqueto fariano de alto calibre con la bicoca del equivalente a más de  un millón de dólares en efectivo, destinados a comprar armas y explosivos para seguir asesinando a los colombianos, pero Santos sigue tratando de tramar a sus electores y contradictores, que la paz va por buen camino, al mismo tiempo que con las dos vueltas electorales, el “merecido descanso” para De La Calle y sus mudos y el mundial de futbol,  de seguro los bandidos de las Farc reunieron una vez más en Cuba,  a todos los cabecillas de bloques, frentes y columnas , para refinar la farsa del tema de las víctimas, y el sainete sigue su curso.

    La lista sigue, incluida la ratificación de la Canciller Holguín para que con su bello rostro ayude a buscar el anhelado premio nobel paz para completar la segunda parte de la colección de deseos transitorios de Santos y para que si no se logra la paz con las Farc en las condiciones actuales, como es lo más obvio por esperar, entonces Santos recurrirá a la estulticia de Andrés Pastrana, de querer convencer a los colombianos, que él buscó la paz, pero las Farc son los chicos malos que no se plegaron a sus deseos.

     Entretanto, Colombia está  asediada por el narcoterrorismo comunista en los campos, las bandas criminales en contubernio por el negocio de la coca, la delincuencia disparada en las ciudades de un país que tiene a dos generales distinguidos como los mejores policías del mundo y a un Director de Policía actual que aparece mínimo cinco veces al día en los medios de comunicación para hablar de cualquier cosa; y claro Santos empecinado en que la cancillería en el exterior, las tropas dentro del país y De La Calle en Cuba, le consigan el premio Nobel de Paz para él, no importa que no se firme la paz con las Farc, ni que Colombia sufra los devastadores efectos de todas las formas criminales que la asedian.

     Lo importante es Santos, a quien los colombianos deberemos gratitud eterna, por habernos hecho el favor de malgobernar a un país que es inferior a la dimensión de su ego.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

New York, 22 de julio de 2014

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