Análisis del conflicto colombiano
La presencia a de 300 terroristas de las cuadrillas 19 y 59 de las Farc, armados hasta los dientes, en el corregimiento El Conejo de Villanueva-Guajira, acompañando un acto proselitista de los cabecillas que negocian el fin del conflicto con delegados del gobierno en Cuba, pone en contexto cual es la realidad de esa mesa de conversaciones, obliga a un análisis político, estratégico, geopolítico y de seguridad nacional; reafirma la encrucijada de obediencia forzada a que están forzados los militares y para infortunio de Colombia, reafirma que esta vez se necesitaron 39 meses de ingentes gastos de dinero, desgaste de la institucionalidad colombiana, múltiples imposiciones de las farc que manejan la agenda, los tiempos, los temas y las actividades; pésima funcionalidad de la inteligencia estratégica para que el país observara la repetición de la vergüenza histórica del Caguán durante la laxa administración Pastrana Arango.
1. Realidad de la mesa de conversaciones en Cuba
La presencia física y evidente de 300 terroristas bien armados y algunos uniformados con prendas de la Guardia Nacional Venezolana, desmiente por completo a Santos, a sus ministros de defensa Pinzón y Villegas, y a los generales Rodríguez y Flórez, que las Farc llegaron a la mesa porque estaban derrotadas. La realidad es que los terroristas se encuentran allí para legitimarse políticamente, obtener estatus de beligerancia, reaprovisionarse y con el apoyo de los cómplices internacionales, reanudar la guerra armada, pues por ahora están sacando ingentes réditos de su guerra política.
Para las Farc, estas conversaciones de paz son parte de un salto cualitativo dentro de la guerra de clases y el plan estratégico que los conduzca al poder, en este caso, por medio del desgaste político progresivo del enemigo de clase. Para el gobierno nacional es el ansiado premio Nobel de paz para Santos, la rapiña por la próxima presidencia sin perder las gabelas de los mismos de siempre, y para el desinformado pueblo colombiano que los terroristas dejen las armas, al mismo tiempo que por fin los gobernantes cumplan las funciones para las que fueron elegidos.
La audaz manifestación política armada de las Farc ayer en El Conejo, deja claro que los terroristas son quienes imponen las condiciones en la mesa de conversaciones en La Habana, que Santos y De La Calle con sus respectivos combos, son rehenes de este proceso y del plan estratégico de los terroristas, que los arrogantes delegados del gobierno colombiano ignoran por completo el plan estratégico de las Farc, que el Congreso de la República en su conjunto es inferior al reto porque sus integrantes andan tras de otros propósitos y que debido al régimen presidencialista unívoco, el señor Santos hace lo que le da la gana, inclusive autoatribuirse genialidades estratégicas de las que obviamente carece, y en este caso esconder la cabeza como el avestruz.
Es evidente que hay un divorcio marcado entre la inteligencia estratégica y los negociadores de paz. Algo similar a lo que ocurrió en el Caguán, cuando los soberbios Gumersindo Ricardo y Camilo Gómez, dos personajes que no caminaban sino que levitaban, actuaban de frente a sus intereses egocéntricos pero alejados de la realidad del plan estratégico de las Farc.
En un país con un gobierno decente y con dirigentes responsables, un fiasco como el de ayer, hubiera costado la cabeza al Ministro de Defensa y al Jefe de Inteligencia Estratégica. ¿Cómo se puede explicar a un país, que los servicios de inteligencia estratégica que en este caso deben ser guiados por el ministro de defensa, no hayan sido capaces de detectar a 300 bandoleros armados en la frontera más sensible de la seguridad nacional, donde se supone hay redes de inteligencia estratégica activas las 24 horas para dar las alarmas inmediatas a las llamadas fuerzas de cobertura?.
Pero hay algo más sencillo que aprende cualquier oficial de inteligencia: Que no hayan sido capaces de determinar cuál es el más probable curso de acción del adversario. Pero como las Farc ponen las reglas, pueden hacer conejo, en el corregimiento El Conejo, a un grupo de negociadores donde también esta uno que apodan el conejo, ni el actual ministro de defensa ni sus antecesores han tenido la más mínima idea de que es la inteligencia estratégica, para qué sirve y mucho menos como conducirla. Esto debido a que las cabezas que han dirigido la política nacional y han sido sus jefes naturales, tampoco lo saben.
Una de las explicaciones para que haya este divorcio entre inteligencia estratégica y negociadores de paz, es que no se conoce por parte de los negociadores y quizás por algunos de la inteligencia estratégica el plan de estratégico las Farc, que la dirigencia política colombiana es ignorante en grado sumo de la geopolítica y la defensa nacional, y que por desgracia desde hace varios gobiernos, los recursos humanos y técnicos de inteligencia han sido utilizados para espiar magistrados cuestionados, adversarios políticos, comunicadores mediocres, etc, etc, mientras el vecindario que si deberías ser controlado por la inteligencia estratégica, se alía con las Farc y el Eln para derrocar la institucionalidad colombiana.
La miopía de inteligencia estratégica es tal, que por lo visto ni el gobierno nacional, ni el ministro de Defensa, ni los negociadores en La Habana, ni los servicios de inteligencia estratégica, ni los sesudos analistas que pululan en las redes, ni los periodistas (muchos enmermelados) han tenido la capacidad de leer las verdaderas intenciones de las Farc, en las conversaciones de paz en Cuba.
A manera de ejemplo, reconocidos cómplices de las Farc han visitado recientemente la Guajira y que coincidencia allí se hizo el show publicitario fariano, acompañado de “organizaciones sociales” muy dadas a reproducir por los medios la política fariana. Además, esos mismos personajes siniestros han pedido en diversos escenarios iniciar conversaciones con el Eln y hacer el cese bilateral para que las Farc se puedan rearmar mejor y las milicias bolivarianas aumenten el control intimidatorio de la población civil.
Todo esa información real y verificable daba pie para que la inteligencia estratégica hubiera formulado requerimientos denominados Elementos Esenciales de Información (EEI), tendientes a buscar datos del ambiente operacional, hasta completar las hipótesis y determinar el más probable curos de acción de los cabecillas, habida cuenta que ya habían hecho lo mismo en el Caquetá, y que el viaje de Iván Márquez al lado de los más capaces de las Farc en la mesa hacia Colombia, ha debido encender todas las armas, pero el secretismo y la estulticia de estrategas civiles como De La Calle, Pearl y Jaramillo secundados por el mutismo crónico del general Mora, repitió algo parecido a cuando Pablo Escobar se voló de la Catedral, debido a la falta de comunicación y de impedir que sean los zapateros quienes hacen los zapatos.
Igual que en aquella ocasión ahora vienen las disculpas y las lavadas de manos como Pilatos. Dentro de poco todos serán especialistas y críticos de lo que nio fueron capaces de hacer, como es la actual conducta de Andrés Pastrana.
2. Reflexiones político-estratégicas
Las Farc se salieron con la suya e impusieron una vez más la iniciativa estratégica en medio de una defensiva táctica. Con hábiles argucias reiteraron la enseñanza de Tirofijo, si Santos hubiera dicho que no habría perdido y si decía que si también perdía.
Las Farc actúan en torno a su plan estratégico. Por ende sus cómplices nacionales e internacionales habían preparado este escenario y otros venideros para dejar mal parado al gobierno colombiano. La apología al terrorismo de Camilo Torres, la reiteración del cese bilateral, las visitas previas a la Guajira por parte de sus correligionarios para preparar el evento, y el permanente trabajo político organizativo de la extensa red de “organizaciones sociales” adscritas a las Farc, proporcionan importantes ventajas político-estratégicas al narcoterrorismo en la mesa de Cuba, en el hemisferio y dentro del país.
Es lógico que mientras en diciembre y enero, los delegados del gobierno colombiano descansaban de su “agotador trabajo”, para luego reunirse con un terrorista salvadoreño descalificado por la ONU y que ni siquiera participó en las conversaciones de paz de su país, las Farc realizaron en Cuba un pleno ampliado de todos los cabecillas con presencia incluida de algunos del Eln, para reevaluar lo acordado hasta ahora con Santos, y trazar cursos de acción entre ellos que hacer en el muy probable caso que la asamblea venezolano destituya a Maduro, pues las Farc y el Eln hacen parte del proyecto comunista del siglo XXI y están integradas al Plan Guaicapuro para atacar a Colombia y/o defender la revolución castro comunista en Venezuela.
Por esta razón, la decisión tomada por Maduro de encarecer la gasolina, con las obvias repercusiones en la inflación venidera y la crisis política, social y económica que se va a desatar, y que inclusive Maduro la ha anunciado, es una medida sospechosa y genera muy serias preocupaciones que se haya producido el mismo día que las Farc hacían en la estratégica frontera binacional el desafiante show publicitario.
Desde cuando Santos se reunió con Timochenko en Cuba, las Farc han propiciado reiteradas provocaciones para que se reavive el conflicto, se detenga la charla en la mesa, una vez más tener argumentos para culpar al gobierno, forzar el cese bilateral tendiente a tener espacios libres para fortalecer las cuadrillas y continuar la construcción del socialismo con las Milicias Bolivarianas, el Movimiento Bolivariano Clandestino y el Partido Comunista Clandestina hasta vencer como juraron, es decir “cumplir la voluntad de paz y negociación política del camarada Alfonso Cano”
3. Reflexiones de geopolítica y seguridad nacional
Cuando el Eln y las Farc hablan de negociar en la unidad local para integrarse a la continentalidad de la lucha significa, que ambos grupos terroristas hacen parte del Foro de Sao Paulo y están articulados con todos los comunistas armados y desarmados del continente para buscar al caída de Colombia en las garras del castro-chavismo.
El cierre de la frontera binacional ordenado por Maduro con el argumento del contrabando, también tiene como finalidad proteger a las Farc, darles asilo en territorio venezolano, facilitar recursos e inteligencia estratégica a los cabecillas de las Farc y el Eln, permitir el narcotráfico de estos grupos y los demás apoyos hallados en los computadores de Raúl Reyes.
Urge que la dirigencia colombina entienda e interprete la importancia de la geopolítica y la defensa nacional, así como el uso adecuado de los medios de inteligencia estratégica, pues a manera de ejemplo, mientras las embajadas de Nicaragua, Bolivia, Cuba, Venezuela y Ecuador, acreditadas en Colombia son agencias de espionaje contra Colombia de sus respectivos regímenes, las embajadas colombianas acreditadas en esos países son feudos para pagos de favores políticos, nidos de burócratas y agencias de politiquería para intrigar por cargos y nombramientos, o para hacer campaña politiquera en favor de Santos.
La falta de claridad con las tropas por parte del gobierno nacional, vulnera la cohesión institucional, afecta la moral combativa, anula la iniciativa operacional, entorpece la inteligencia militar, dificulta el manejo interno de personal y reduce la credibilidad de sus capacidades.
El Congreso de la República debería hacer un juicio político al presidente Santos, a la canciller Holguín y al ministro Villegas por su ineptitud y mediocridad demostradas en el manejo de los asuntos estratégicos de geopolítica colombiana y enfoque de la seguridad nacional.
El fiasco de El Conejo en Villanueva Guajira, no tiene solo la espectacularidad de la sorprendente iniciativa de las Farc, sino que también cuenta con la ineficiente y miope visión de la seguridad nacional, desconocimiento de las capacidades del adversario, desgreño gerencial y ausencia de foco en lo que se está negociando y con quien se está negociando.
Si tuvieran dignidad, De La Calle y los demás convidados de piedra, deberían renunciar, por la simple y llana razón que después de 39 meses de inútil bla, bla, bla, las Farc siguen imponiendo su voluntad, al extremo que valga la redundancia, se necesitaron 39 meses de improductivas conversaciones, para que el país volviera a ver el vergonzoso espectáculo del Caguán, consentido en ese entonces por la debilidad de carácter y la escasez de neuronas del gobernante de turno.
Colombia está volviendo a lo mismo. Más de lo mismo
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es analista de asuntos estratégicos en temas relcionados con la defensa nacional, la geopolítia, la estrategia y los procesos de paz adelantados en Colombia con los grupos narcoterroristas, asuntos sobre los cuales ha escrito y publicado 26 libros y mas de 900 artículos.
Para leer los escritos del coronel Villamarín, haga click aquí, o sobre las siguientes portadas de algunos de sus libros.
