Escandalosas revelaciones del general Díaz Torres, reconfirman que hace más de tres décadas, no hay política de Defensa y Seguridad Nacional

Publicado: 2023-09-10   Clicks: 787

Iván Velásquez es indigno para ocupar el cargo de ministro de Defensa nacional

     Está plenamente probado con cifras, hechos, datos, testimonios, análisis de especialistas y deducciones prácticas, que Colombia carece de política de Defensa y Seguridad Nacional, desde cuando César Gaviria Trujillo nombró al neófito activista político liberal Rafael Pardo Rueda como ministro de Defensa a mediados de 1991, hasta la fecha.

    Con el paso de los años ha quedado claro que la bienvenida al futuro de Gaviria, nombrando a civiles impreparados a cargo de la cartera de Defensa, se enfocaba en meter las manos en la nómina y el presupuesto… No en beneficio colectivo de los colombianos que pagamos impuestos para que ellos disfruten de las mieles del poder… Algo reiterativo, que fascina a toda la fauna política criolla.

     Así, han transcurrido 32 años, lapso durante el cual, han rotado por esa cartera 20 profesionales civiles, con perfiles aptos para sus especialidades laborales, pero infortunadamente, absolutos desconocedores de sus funciones y de los conceptos geopolíticos, estratégicos e integrales de defensa y seguridad nacional.

      Naturalmente, Iván Velásquez no es excepción sino regla de esa realidad. Pero, con la circunstancia agravante, que a juzgar por las denuncias del general Díaz, se podría inferir que en contraste con la imagen de anticorrupto que ha difundido muy al estilo de sus sesgos ideológicos, su conducta sería contraria a la imagen personal pretendida, con los consecuentes daños para el desarrollo contextual del país.

      Eso se infiere de los graves señalamientos que hace el general Díaz de Iván Velásquez, acerca de incidencias de terceros en las decisiones de seguridad nacional; el sesgo ideológico al parecer sumado a intereses personales de una ONG de su entraña, para sacar la policía del ministerio de Defensa; su intencional alejamiento de los demás funcionarios del ministerio; su aparente cercanía con personas nocivas para el futuro país; su evidente indiferencia ante la sangre derramada por soldados y policías para sostenerlo en el inmerecido cargo, enmascarada con la insensatez de paz total; y al parecer, los intereses poco claros en asignaciones de contratos de personas cercanas a su gestión, a lo que se agregan otras sindicaciones.

      Por su evidente ineptitud para ejercer tan importante cargo, además de su inclinación izquierdista y su odio visceral contra las instituciones militares y policiales, Iván Velásquez nunca ha debido ser ministro Defensa. Es más, el país está exigiendo su renuncia desde cuándo comenzó a ejercer, pero Petro y él, empeñados en atornillarse al poder, han contado con la eterna complicidad derivada de las corruptelas e incapacidades del Congreso de la República, para removerlo del cargo.

      En verdad, se necesita ser muy desvergonzado, para continuar aferrado a una posición tan sensible, a pesar de tan graves acusaciones, y tan evidentes muestras de limitación e idoneidad profesional, en un escenario laboral donde no es bienvenido, pues soldados y policías lo perciben como un izquierdista resentido, que solo piensa en los beneficios de su patrón político y el peligroso embeleco comunista del castrochavismo contra Colombia.

     Si Iván Velásquez tuviera algún asomo de dignidad, debería dar el paso al lado. Le quedó grande el cargo. Los soldados y policías que han sufrido durante décadas los efectos de la violencia narcoterrorista, requieren en el ministerio a un líder con amor de patria, no a un mensajero de la dictadura cubana, ni a un demagogo, que sin ni siquiera haber prestado servicio militar, se dé el lujo de pelechar de un ingente salario, contar con escoltas, seguridad y protección especial aportada por quienes está traicionando a diario, que, sin embargo están dispuestos a entregar hasta sus vidas para protegerlo.

      Se supone, que además del comprensible escándalo mediático ya generado en las redes sociales, los órganos judiciales y de control tomaron atenta nota de las graves revelaciones del general Díaz Torres, e iniciarán las investigaciones penales, administrativas y disciplinarias a que haya lugar, y que sin que se convierta en frase de cajón, lleguen hasta las últimas consecuencias.

     Se sobrentiende, que en esos escenarios de justicia y responsabilidades, el general Díaz se ratificará, ampliará y aportará pruebas de sus afirmaciones ante la revista Semana. Igualmente, el señor Velásquez, tendrá la oportunidad de defenderse. Y los entes encargados fallarán dentro de los plazos que contemplan las leyes nacionales.

     Pero eso no implica, que los colombianos debamos seguir soportando a un ministro inepto y además de cuestionada autoridad moral, atornillado en la cartera de Defensa, percibiendo elevado salario y prebendas propias de altas dignidades.

     Iván Velásquez debe dar el paso al lado. Colombia necesita un estratega, un estadista y un conocedor del tema en el timón de mando del ministerio de Defensa. No a un politiquero más, similar a los que han pasado por ahí desde 1991, ni a un personaje cuestionado y desconocedor de sus funciones, carente de liderazgo y de remate seguidor de ideologías cercanas al caos, al odio de clases y contrarias a la estructura cultural del pueblo colombiano.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

      Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia, y defensa nacional

       www.luisvillamarin.com

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