Evolución geopolítica mundial y la cadena del terrorismo internacional

Publicado: 2010-12-15   Clicks: 5170

       

    Conflicto colombiano y el terrorismo internacional

     cover narcoterrorismo la guerra del nuevo sigloLas relaciones internacionales y las líneas políticas multilaterales del mundo contemporáneo experimentan un proceso geopolítico evolutivo. La tendencia del impredecible cambio en el orden mundial incide en la seguridad hemisférica, la estabilidad regional y la proyección estratégica de las Farc en Colombia, Eta en España, Ira en Inglaterra y Al Qaeda en todo el planeta.
 Son sucesos que interactúan y afectan  por parejo  la geopolítica latinoamericana y la política exterior de Estados Unidos para el hemisferio y el resto del mundo. Sin embargo, parece ser que los afectados dan otras lecturas al tema.
     Los hechos están encadenados entre sí: El armamentismo chavista comprado a Rusia y su proyecto de ingresar al club nuclear; la doble moral de Lula frente al terrorismo comunista en el hemisferio; la evidente cercanía de los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil y Venezuela con las Farc; la farsa de Unasur con el argumento de la paz para Colombia cuando en realidad persigue el apoyo de las Farc.
 A esto se suma la ambición de los comunistas brasileños por manipular el proyecto geopolítico del gigante suramericano a favor del plan estratégico del Foro de Sao Paulo y los intereses expansionistas de la dictadura cubana; la relación abierta de Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia con Irán país proveedor y difusor del terrorismo islámico que planea cometer actos de terrorismo nuclear; la actitud desafiante de Corea del Norte, y la tramposa expansión económica de China.
     Venezuela es el foco del problema en el hemisferio americano
     Las revelaciones de Wikileaks acerca de la participación y aportes del gobierno chavista en el intento de construir un monopolio socialista desde México hasta Argentina, son inferiores a la realidad. 
Con el fin de amedrentar y si es el caso utilizarlas para una guerra que le permita conseguir su objetivo, Chávez rompió el equilibrio estratégico defensivo de los países latinoamericanos con la compra a Rusia y China, de miles de millones de dólares de armas apropiadas para conflictos de mediana intensidad.
     Con ellas dotó a las Fuerzas Armadas Venezolanas politizadas e ideologizadas por Cuba, con el claro propósito  de atacar a Colombia en conjunto con las Farc, el Eln y terroristas internacionales de la guerrilla bolivariana financiada por el Palacio de Miraflores,  sobre la línea estructural del Plan Guaicapuro , la Constitución chavista de 1999 que considera territorio venezolano algunas porciones de los departamentos colombianos de Arauca y Guajira, así como la intención geoestratégica del Foro de Sao Paulo, el programa revolucionario del Movimiento Continental Bolivariano y el Plan Estratégico de las Farc .
    Constituyen pruebas concretas de esta aseveración, la presencia en Venezuela  de miles de terroristas cubanos dedicados a entrenar los comités de defensa de la revolución chavista, la adquisición de poderosas armas antiaéreas para dotar a las Farc y las milicias bolivarianas venezolanas, los acuerdos secretos del gobierno venezolano con Irán y Rusia; los millones de dólares que ha repartido a los gobiernos títeres de Cuba y Venezuela en Quito, Managua, La Paz, Buenos Aires,  Asunción, Montevideo y la transferencia permanente de recursos a la dictadura cubana.
     Pese a que algo tan grave se teje en Venezuela donde Eta, las Farc, el Eln, la guerrilla bolivariana internacional, Hizbollah , Hamas , y los narcotraficantes tienen campamentos, fincas de recreo, documentos de identidad,  y hasta oficinas en el Fuerte Tiuna .
A lo anterior se suman la permanente expropiación de bienes raíces y propiedades a venezolanos y extranjeros, y la consuetudinaria censura a la prensa libre. Sin embargo, ni la ONU, ni la OEA; ni la Corte Penal Internacional, ni la por siempre desfasada diplomacia colombiana, parecen darse por aludidos.
    Con la muerte Raúl Reyes en Ecuador, Chávez destapó las cartas. No solo resarció su alocución anterior de pedir estatus de beligerancia para las Farc y el Eln, sino que presidió un minuto de silencio en memoria del terrorista abatido.
 Pocos meses después, ordenó la construcción de varios monumentos en memoria de Tirofijo , incluyó en los textos de educación primaria y secundaria la veneración por los cabecillas de las Farc fallecidos, y ordenó una masiva movilización de tropas a la frontera con Colombia, en cumplimiento del pacto hecho con Iván Márquez de las Farc en la sede principal de PDVSA.
    Las reiteradas agresiones verbales de Chávez contra el entonces presidente colombiano Álvaro  Uribe no son gratuitas. Detrás de ellas está implícita la intención expansionista del socialismo del siglo XXI, la ubicación de un gobierno títere en Colombia y el cumplimiento de los programas tácticos y estratégicos del Foro de Sao Paulo.
   Los computadores de Raúl Reyes y el mono Jojoy, corroboran los alcances del proyecto chavista contra Colombia, ratifican sus nexos con las Farc y el Eln, y, comprueban que Chávez ha financiado campañas de reconocidos dirigentes políticos de izquierda pro terrorista, para el congreso y corporaciones regionales colombianos.
     A la agresión contra Colombia se añaden la compra de conciencias con la abultada chequera de petrodólares de la veleidosa mandataria argentina Cristina Kirchner, del corrupto terrorista desmovilizado nicaragüense Daniel Ortega, del cínico e histriónico presidente ecuatoriano Rafael Correa, y del cocalero indígena boliviano Evo Morales.
   Sus relaciones con Irán no solo pretenden desafiar a Estados Unidos, sino que van en serio para atacar al odiado “imperio norteamericano”. Cientos de terroristas islámicos han conseguido nacionalidad venezolana e identidades falsas con nombres hispanos, están aprendiendo español para mejorar el idioma  y preparar el ingreso clandestino como turistas latinoamericanos a Estados Unidos para cometer acciones terroristas, que convienen por parejo a comunistas e integristas musulmanes.
  Su incursión en la era atómica financiada con recursos petroleros, apunta a largo plazo, a desatar una guerra internacional simultánea de Rusia, China, Norcorea y los países islámicos contra Estados Unidos. 
En ese sentido el comercio de tecnología atómica con Rusia e Irán con la complicidad de Lula para legitimar la intención nuclear de Turquía y Siria, complementan la frase permanente de Chávez de generar mil Vietnams en mil partes contra el capitalismo norteamericano.
Y Colombia es el epicentro para generar el Vietnam en el hemisferio latinoamericano.
       Manipulación  del proyecto geopolítico brasileño
  La escuela geopolítica brasileña diseñó en los años sesenta del siglo pasado, un ambicioso proyecto geoestratégico para proyectar al gigantesco país, como la primera potencia latinoamericana en todos los campos del poder nacional, incluida la salida hacia el Océano Pacífico.
 No obstante, los vaivenes políticos derivados de la inestabilidad, la corrupción administrativa y la incompetencia  de muchos dirigentes nacionales, regionales y locales brasileños, facilitaron Partido de los Trabajadores (PT), apéndice estructural del Foro de Sao Paulo y el Movimiento de los Sin Tierra, que el electorado escogiera una opción diferente a la politiquería tradicional.
 En ese escenario, los comunistas brasileños incrustaron a Luiz Ignacio Lula, hábil demagogo sindicalista, que optó por no tocar a los militares para que lo sostuvieran en el poder, e inclusive los fortaleció con armamento de última generación y la ansiada entrada de Brasil al club nuclear. 
También, guiado por los logros de Michelle Bachelet en Chile, dejó que los industriales incrementaran sus negocios, e inclusive promovió con sus diplomáticos la búsqueda permanente de nuevos mercados para los productos brasileños.
     Mientras tanto en lo interno promovió el fortalecimiento del PT, en especial la preparación del camino para que lo sucediera en el cargo otra comunista, como en efecto lo logró con la elección de la terrorista Dilma Rousseff.
     Al mismo tiempo abrigó terroristas de las Farc, se hizo el de la vista gorda con la necesidad de combatirlos, se auto declaró neutral dizque para poder obrar como mediador a pesar de que nadie le solicitó tal intervención, y con marrullas audaces impulsó las “liberaciones” unilaterales de secuestrados en poder de las Farc, gracias a su “deseo para que Colombia alcance al paz”.
     Cuando el presidente Uribe firmó el acuerdo de la presencia de militares norteamericanos en bases colombianas, Lula se opuso con vehemencia a este proyecto, pero guardó silencio cómplice con la presencia militar rusa en Venezuela, y  la compra de ingente material de guerra de Caracas para preparar ataques militares contra Colombia.
Tampoco dijo nada por el ingreso de Venezuela a la carrera nuclear, o la desmedida presencia de miles terroristas cubanos en Venezuela, o la llegada permanente de iraníes a Ecuador y Venezuela; o el sospechoso asilo permanente de cubanos en Quito.
Frente al drama de miseria y opresión padecido por el pueblo cubano, materializado en cientos de presos políticos en huelga de hambre, Lula no tuvo problema para tildarlos de delincuentes enemigos de la revolución socialista.
     Antes de entregar su mandato y con el abierto propósito de retar a Estados Unidos y contribuir al Plan Estratégico del Foro de Sao Paulo, del cual es cofundador, Lula no solo se entrometió en el conflicto Israel-Palestina con la farsa de mediar para buscar la paz en el Medio Oriente, sino que con procedimientos propios de la conducta marxista-leninista tradicional, afirmó que el gobierno brasileño reconoce a Palestina como Estado soberano e independiente, con los límites geográficos y condiciones políticas exigidas por los palestinos.
     Antes había recibido con honores al presidente Almamineyad de Irán, reconocido enemigo de Estados Unidos y había suscrito pactos con Francia para potenciar a Brasil en el campo nuclear, en contra de los acuerdos suscritos por los países adscritos a la ONU y las normas que rigen la Agencia Internacional de Energía Atómica.
     Apoyado en su condición de potencia latinoamericana y con la complicidad de Hugo Chávez, en forma descarada intervino en el conflicto político desatado en Honduras con la popular destitución de Zelaya. 
Sin ningún recato, Lula organizó un sainete y por medio del cuerpo diplomático brasileño acreditado en Tegucigalpa, introdujo en una aeronave con inmunidad diplomática y luego a la embajada brasileña al depuesto ex mandatario marxista-leninista Manuel Zelaya.
     No satisfecho con esta abierta intromisión en asuntos soberanos de Honduras; Lula encabezó el complot internacional para desconocer el gobierno legítimo de Porfirio Lobo, elegido en las urnas, mientras guarda silencio cómplice frente a la intromisión de Chávez con el Alba en casi todos los países latinoamericanos y el descarado apoyo de los gobiernos adscritos al Foro de Sao Paulo al proyecto antidemocrático y totalitario denominado Movimiento Continental Bolivariano y a los terroristas de todas las pelambres en el hemisferio, incluidos los islámicos que llegan a la Triple Frontera con Paraguay y Argentina.
Sin embargo, son muchos los engatusados con la falsa voluntad pacifista y conciliadora de Lula, incluido el gobierno de Estados Unidos que lo ve como el mediador ideal del problema, sin darse cuenta que es el principal instigador de la trama. Muy pocos analistas han escudriñado sus verdaderas intenciones.
     La era Kirchner creó un nido de terroristas en Argentina 
     La muerte de Néstor Kirchner fue cubierta por la izquierda pro terrorista latinoamericana y la estulticia funcional de quienes les hicieron el coro, con un manto propagandístico para proyectarlo en la historia como un gran líder latinoamericano.
     Casi nadie recordó que durante la era Kirchner las Farc se han movido con amplia complicidad gubernamental en Argentina, que algunos miembros del grupo terrorista se han nacionalizado en ese país y que las componendas del Foro de Sao Paulo y Unasur en aras de legitimar a las Farc como fuerza beligerante, fueron urdidas bajo la dirección de Néstor Kirchner, con el mismo argumento de “buscar la paz para Colombia”.
      En contubernio con Patricio Echegaray y otros jefes del Partido Comunista Argentino, Néstor Kirchner montó una componenda internacional para buscar la legitimación de las Farc en Europa, por medio de una película plagada de propaganda y mentiras, acerca de las verdaderas intenciones o las realidades internas del grupo terrorista.
     Por instrucciones de Lula Da Silva, Néstor Kirchner fue el cerebro que urdió la trama de hacer una reunión de Unasur en San Carlos de Bariloche para “crucificar” a Uribe, pero el talento y la inteligencia del mandatario colombiano, superaron los alcances de los complotados, pues todas las intervenciones fueron televisadas, Uribe les exigió que se unieran para combatir el terrorismo, y el pretendido Consejo de Seguridad de Unasur ideado para legitimar a las Farc a largo plazo, quedó entre el tintero.
     Ante la ausencia de Néstor Kirchner que era quien gobernaba desde bambalinas en Argentina, por  orden de Lula, Chávez y Fidel Castro, la vanidosa e inepta presidenta argentina Cristina Fernández, afirmó que su gobierno marxista-leninista reconoce al Estado Palestino en similares condiciones a como lo hizo Brasil. 
Dicha decisión fue tomada a conciencia por el Foro de Sao Paulo, a sabiendas que el hecho estimula el terrorismo islámico  contra Israel y Estados Unidos, así como la persistencia de las Farc y sus cómplices en la búsqueda de estatus de  beligerancia; e induce a Correa, Chávez, Ortega, y Lugo a proceder de igual manera. 
     Prueba de ello, es que desde antes de la destitución de la senadora Piedad Córdoba porque la Procuraduría colombiana comprobó que tiene nexos con las Farc, ambos esposos Kirchner y después solo la viuda Cristina, han sido anfitriones y promotores de todo tipo de actividades propagandistas y de las farsas urdidas por el Foro de Sao Paulo y “colombianos por la paz” tendientes a legitimar las Farc y articularlas dentro de la estrategia integral, de la cual los terroristas colombianos son socios cofundadores con Lula y Fidel y Castro.
     Informaciones llegadas desde Buenos Aires indican que algunas escuelas militares argentinas han sido utilizadas para entrenar difusores de la teoría castro-chavista en Argentina, y, que inclusive dentro de estos grupos hay bolivianos enviados por Evo Morales, que promueven invasiones de tierras y expropiaciones por la fuerza con el fin de destruir la propiedad privada.
     Otras informaciones indican la existencia de campos de entrenamiento terrorista en la frontera de Bolivia con Argentina y de claros nexos de los comunistas argentinos amigos de la pareja Kirchner con las Farc, los mapuches chilenos, el autodenominado Frente Patriótico Manuel Rodríguez y terroristas peruanos.
     Solo el gobierno de Estados Unidos ha exteriorizado su preocupación por la salud mental de la señora Kirchner. Los demás países y sus compatriotas han guardado silencio cómplice frente a ella y su comportamiento. 
Mientras tanto los terroristas y los enemigos de la democracia, la libertad y el capitalismo tienen un excelente aliado en el gobierno argentino, con cuya complicidad Hizbollah tiene redes clandestinas en Argentina.
     Los peones de Lula y la dictadura cubana
     Mientras Chávez es un peón de Lula y Fidel Castro; Daniel Ortega, Rafael Correa, Evo Morales, Cristina Fernández, Fernando Lugo y Mujica, son peones de Chávez y de los otros dos mandatarios y cerebros pro terroristas latinoamericanos.
     Con absoluto descaro Rafael Correa finge nacionalismo herido y patrioterismo de vitrina. Aduce que el ataque de las Fuerzas Militares colombinas contra la guarida de Raúl Reyes en Angostura en marzo de 2008, fue una deliberada agresión contra Ecuador y no una operación antiterrorista necesaria.
    Tampoco  reconoce su participación en el complot contra Colombia del Foro de Sao Paulo y las componendas politiqueras que montaba Néstor Kirchner desde Unasur para legitimar a las Farc. Arguye que él solo busca la paz para Colombia, país que según sus palabras no controla las fronteras, que Ecuador no se va a meter en este conflicto y que él no considera que las Farc sean terroristas.
     Desde antes de posesionarse como presidente Correa y su antecesor Palacio, generaron sendos escándalos en aras de buscar que Colombia suspendiera las fumigaciones de los cultivos de coca en la frontera colombo-ecuatoriana, para que no se afectaran las finanzas de sus socios de las Farc. 
La disculpa de Correa fue que las fumigaciones afectaban la salud de los campesinos ecuatorianos residentes cerca al campamento donde cayó Reyes.
    Por razones obvias, Correa niega que las Farc financiaron parte de su campaña presidencial y que varios funcionarios de su partido político Alianza País, son terroristas, o cómplices de las Farc.
    En ese orden de ideas, Correa urdió la estratagema de abrir una investigación penal contra Juan Manuel Santos y el mando militar colombiano por la operación que dio de baja a Raúl Reyes, para blindarse de posibles repercusiones jurídicas internacionales por tener nexos con terroristas.
     Para ello chantajeó a los comerciantes e industriales ecuatorianos y a sus pares colombianos, con la calculada ruptura de relaciones internacionales, recompuestas por idea de Lula y Fidel Castro, tan pronto saliera  Uribe del poder.
    El objetivo esencial de esta farsa es aplomar a Santos para que no destape los contenidos de los computadores de Jojoy, so pena de activar la orden de captura en su contra, aparentar que se tienen buenas relaciones con Colombia, mientras que por debajo de la mesa juega cartas en aras de la legitimación del grupo terrorista y la caída del odiado “imperio yanqui”, estratagema de la cual Chávez cumple al dedillo su parte con la farsa del “nuevo mejor amigo de Santos”.
Por su lado Daniel Ortega ha asilado terroristas colombianos en su país y en coordinación con la dictadura cubana facilita todos los medios físicos como pasaportes, identidades falsas, o alojamiento temporal que requieran narcoterroristas colombianos.
Al mismo tiempo, Ortega tiene nexos con narcotraficantes, con traficantes de armas con lavadores de dinero y con delincuentes de todas las pelambres. Desde cuando ocupó la primera presidencia como dictador comunista (1979-1990), Ortega tuvo nexos con narcos del cartel de Medellín y corruptos oficiales cubanos; así como con terroristas islámicos y etarras, e inclusive un vasco militante de Eta fue funcionario oficial de la dictadura sandinista nicaragüense, mientras que enviados por su gobierno se integraron a las Farc y otros terroristas latinoamericanos.
     De contera Ortega ha utilizado sus amplios conocimientos en guerra sicológica marxista-leninista para desprestigiar a Colombia en los estrados diplomáticos y académicos internacionales, en aras de lograr un fallo favorable   a Nicaragua en torno al diferendo limítrofe que ideó contra para cuestionar la soberanía colombiana de los cayos de Roncador y Quitasueño, e inclusive sobre San Andrés y Providencia, con el fin de desviar la atención de sus compatriotas alrededor de su deficiente capacidad gubernamental.
     Para el efecto, en asocio con Lula, Chávez y la dictadura cubana urdió la trama de invadir territorio costarricense con el fin de apropiarse de un terreno que le permitiría construir un canal interoceánico que sabotearía la pujanza panameña y desafiaría desde otra instancia a la Casa Blanca.
    Igualmente, su gobierno ha entrenado terroristas hondureños izquierdistas amigos de Zelaya para que más adelante inicien actividades guerrilleras tendientes a deponer por las armas, el gobierno de Porfirio Lobo y restituir al comunista Manuel Zelaya, sueño de Lula y Fidel Castro.
     Actitud ambivalente del Presidente Juan Manuel Santos 
     Con hipocresía compartida por Lula, Chávez, Correa, Evo Morales, Lugo, Mújica y la Kirchner, el presidente colombiano Juan Manuel Santos juega a varias bandas su presencia en el entorno internacional. Elegido no por ser el más capaz del abanico (pues no había tal), se autonombró heredero del uribismo, al prometer que no permitiría intromisiones chavistas en Colombia.
     Los colombianos votaron contra Chávez, contra las Farc, y contra las patrañas de los llamados “colombianos por la paz”. No votaron porque Santos encarnara la herencia uribista o la continuidad de la guerra contra el terrorismo y sus cómplices. Votaron por él, porque no había nadie más con algún asomo de continuar la obra iniciada por Uribe contra el narcoterrorismo comunista.
     No obstante que días antes de su posesión los organismos de seguridad del Estado abortaron un plan terrorista financiado por Chávez para asesinarlo, tan pronto asumió el cargo, Santos hizo el juego a la farsa del Foro de Sao Paulo y de la noche a la mañana se tornó en el “nuevo mejor amigo de Chávez”.
No se entiende si a sabiendas o no, Santos aceptó imposiciones tales como: que las Farc entregan cinco secuestrados como “desagravio” a la destituida senadora Piedad Córdoba; que la velada intención del Foro de Sao Paulo y los demás cómplices de las Farc, es actuar como lobos con piel de oveja al promover supuestos diálogos de paz, para legitimar a las Farc, concederles estatus de beligerancia, reconocerlos como Estado paralelo, y abrirles, embajadas en sus países; así como hicieron Lula y la Kirchner con Palestina seguidos por Uruguay y Bolivia; y, con esos argumentos apoyar una guerra civil que conduzca a la caída del gobierno colombiano.
     El fondo de la trama de la liberación de los secuestrados no solo pretende relegitimar a la senadora destituida, sino buscar al apertura de negociaciones que resuciten el cadáver político de las Farc, para que las saquen de la lista de terroristas y les permitan un oxígeno para rearmarse, aliviar la presión militar y continuar el desarrollo del Plan Guaicapuro en consonancia con el gobierno chavista.
Lo peor es que Santos actúa con hipocresía frente a esa realidad e inclusive intercambió a un narcotraficante venezolano que conoce y tiene muchas pruebas acerca de los nexos de Chávez con el narcoterrorismo, por tres desertores de las Farc y el Eln, presentados en contubernio con Iván Márquez y Gabino como si todavía militaran en estos grupos, con el fin de aparentar que “desligan” a Chávez con los terroristas.
     Además de la preocupación de Santos por salvar su pellejo frente a órdenes de captura expedidas por la manipulada y débil justicia ecuatoriana, le asiste la presión de algunos comerciantes colombianos para que Chávez no les vaya a robar dineros que adeuda por pago de exportaciones de productos hacia Venezuela, como si no hubiera más mercados en el planeta.
     La dirección estratégica de la Cancillería colombiana ha sido pobre y focalizada. La ministra Holguín ha circunscrito su labor a continuar la tarea como embajadora en Venezuela, pero desde una instancia con más poder. El resto del planeta no cabe en su cabeza.
      De contera, los embajadores y cónsules siguen en pañales frente a la agresión narcoterrorista y la propaganda comunista anti colombiana en el exterior. Por trabajar a horario y desconectados de la realidad nacional, casi todos están convencidos que la guerra en Colombia es un problema entre el Ejército y los bandidos. Y que la paz es un asunto entre el presidente de turno y los terroristas, entonces a ellos no les compete nada.
 La ausencia de objetivos nacionales y el desconocimiento absoluto de la defensa y la seguridad nacional por parte de todos los ministros de defensa civiles desde 1991 hasta la fecha, ha incidido en que la guerra no se libre de manera articulada y con visión institucional patriótica.
 El episodio revelado por Wikileaks en que el general Naranjo Director de la Policía Nacional apareció reseñado como el informante predilecto de la embajada de Estados Unidos en Bogotá, demuestra que pese a ser una institución armada que debe estar sujeta a la estricta disciplina castrense, anda como una rueda suelta pues los agentes de policía ya no actúan bajo el mando operacional de las Fuerzas Militares. 
Inclusive  la ley orgánica de defensa nacional, posiciona al Director de la Policía Nacional al mismo nivel del Comandante General de las Fuerzas Militares y por encima de los comandantes de cada una de las otras tres fuerzas.
Dicen que la Policía es un cuerpo civil uniformado, pero tiene unidades de contraguerrillas rurales, porta armas de infantería ligera, entrena grupos de Fuerzas Especiales que operan como comandos de selva, con apoyo de Estados Unidos realiza operaciones de combate contra narcotraficantes y a menudo es blanco de ataques terroristas de las Farc y el Eln.
Al parecer, en reconocimiento a su labor de informante, el gobierno norteamericano escogió a Naranjo como el mejor policía del mundo y esto además explicaría las razones para que la Policía Nacional haya tenido informaciones tan precisas acerca de los campamentos de Reyes, Jojoy, el paisa, Jerónimo Galeano y otros bandidos de las Farc o el Eln.
  Lo cierto es que esa individualización egocéntrica de la lucha contra el narcoterrorismo en Colombia, genera prevenciones institucionales y facilita el fortalecimiento de los delincuentes de todas las pelambres, incluida la facilidad para que se contacten con terroristas islámicos o etarras.
     La encrucijada de Estados Unidos
       Cover El cartel Farc (I)Además de dos guerras estériles y con muchas pérdidas humanas y materiales en Irak y Afganistán, el gobierno de Estados Unidos enfrenta serios problemas internos y externos, derivados de errores en la política nacional e internacional, agravados por la dinámica geopolítica actual.
     La amenaza latente de la evidente ampliación del club nuclear con inminentes repercusiones para desatar una guerra mundial contra Estados Unidos, desde Corea del Norte  o el Medio Oriente, tiene ocupado al Pentágono e incide en que Latinoamérica siga siendo vista como un patio trasero.
      El trato de la Casa Blanca hacia Colombia su más leal aliado en el hemisferio ha sido manipulador. No se concibe que la bancada demócrata haya negado el TLC a Colombia, instigada por comunistas de todo el hemisferio, que acá  blasfeman de los "gringos" y hasta queman la bandera americana, pero allá van a pedirles apoyo para cuestionar al gobierno colombiano por supuestas violaciones a los derechos humanos, de supuestos sindicalistas que en realidad son miembros del partido comunista de las Farc.
     Tampoco se entiende que haya presiones politiqueras a cuenta gotas para la ayuda del Plan Colombia, a sabiendas que todas las operaciones que se realicen contra el narcotráfico, son en conjunto asuntos atinentes a la seguridad nacional de ambos países y a la estabilidad hemisférica y  a la lucha contra la principal matriz financiera del terrorismo de todas las vertientes.
     Mucho menos se entiende o se acepta, que la información de inteligencia militar, precisa y refinada con medios sofisticados para golpear al narcoterrorismo, sea entregada con exclusividad al director de la Policía Nacional, pese a que esta institución por su esencia no es ni una fuerza militar, ni su razón de ser, supone misiones de combate en guerra irregular.
     Resulta curioso el silencio tácito de la Casa Blanca frente a los planes del Foro de Sao Paulo y la actitud desafiante de Brasil contra los intereses norteamericanos, secundados por los gobiernos que apoyan a las Farc y cobijan terroristas islámicos o etarras. 
Por demás, la actitud vacilante del gobierno Obama frente al rechazo del pueblo hondureño al gobierno de Zelaya, marcó otro hito de la impredecible actual política exterior de Washington.
     Resulta difícil entender la complacencia de  la dirigencia política estadounidense con las permanentes actitudes anti yanquis de Lula Da Silva, amigo de Almamineyad, socio de Chávez y cómplice de las Farc.
     Aunque es obvio que el Pentágono entiende los alcances de la estrategia conjunta a largo plazo de los enemigos de Estados Unidos para diseminar la tecnología atómica y generar mil Vietnams en mil partes al tiempo, pareciera ser que existen diferencias de criterios entre el gobierno Obama y los estrategas del Pentágono.
     Todos los meses los organismos de seguridad estadounidenses abortan uno o más planes terroristas urdidos por musulmanes extremistas en territorio norteamericano. Y a menudo aparecen más pruebas que la interconexión del terror es más evidente. Sin embargo, hay quienes separan los conflictos o las razones de cada grupo terrorista, y concluyen que las alianzas entre los grupos son circunstanciales y no estructurales.
    Es como si no entendieran que a lo largo de la primera década del siglo XXI, los gobiernos que apoyan grupos terroristas, no solo lo hacen porque estas agrupaciones odian a Estados Unidos, sino porque planean a largo plazo, generar caos en diferentes puntos del planeta, para desarticular a los pocos aliados sensatos que tiene el coloso norteamericano.
     En la mira están Colombia, Canadá, Japón, Israel, Reino Unido, Australia, Corea del Sur y Taiwán. A pesar de las evidencias, ni la política exterior estadounidense ni la concepción interna de los hacedores de opinión norteamericana, apuntan a la necesidad de fortalecer a los aliados para evitar agresiones contra el mercado libre, la democracia y la estabilidad de la paz internacional.
  Conclusiones
  1. Hay una evidente tendencia política izquierdista internacional aliada con islamistas extremistas para cambiar el orden geopolítico actual y quitar del camino la preeminencia política, económica y militar de Estados Unidos. Para el efecto utilizan todos los medios,  incluido el eventual uso de armas nucleares tácticas contra cualquier país occidental.
   2.  Así, Rusia, China, Corea del Norte y los estados extremistas islámicos, tienen un medio más para atacar a la potencia norteamericana y  hacer mil Vietnams en mil partes, pues el objetivo principal es destruir la sociedad occidental, derruir el capitalismo e imponer un sistema totalitario universal.
   3.  Por ahora islamistas y comunistas tienen alianza coyuntural, pero a largo plazo cada uno por aparte desea esclavizar el planeta. Y para lograr esto, el primer paso es destruir a Estados Unidos y sus aliados. Ambos bandos extremistas creen que utilizan al otro.
   4. Los grupos terroristas internacionales que antes operaban aislados, ahora tienen en el narcoterrorismo un cordón umbilical que los une, y, patrocinados por Estados antiyanquis y antijudíos, planean acciones de terrorismo nuclear.
    5. Colombia es el objetivo más preciado de esta conjura en Suramérica.  La legitimación de las Farc es un puntal trascendental en este proyecto.
    6.  Chávez, Lula, Correa y los demás miembros del Foro de Sao Paulo, siguen empeñados en esclavizar a Colombia y por extensión afectar los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región.
    7.  El reconocimiento del Estado Palestino pasando por encima de los argumentos israelíes, hecha por Brasil e impuesta por Lula a la inepta mandataria argentina Cristina Kirchner, apunta  a estimular el terrorismo islámico contra Estados Unidos e Israel y a promocionar la legitimación de las Farc en el hemisferio y a preparar la ejecución del Plan Guaicapuro contra Colombia.
    8. Las Farc y otros grupos terroristas tienen campamentos en Venezuela, Ecuador y  Brasil, pero además cuentan con la complicidad de los gobiernos de Nicaragua, Cuba, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Argentina.
    9.  Chávez continúa exportando la revolución comunista que le enseñan los terroristas cubanos. Para ello utiliza el Alba y el trabajo constante de sus embajadores y cónsules en todas partes del mundo. La propaganda permanente ha sido su arma predilecta, e inclusive desde sus embajadas en el  exterior, financia actividades propagandistas de Eta, Farc y Hizbollah en diferentes países del mundo.
   10. Unasur y el Grupo de Río pretenden desaparecer a la OEA, desbaratar el Tratado Interamericano de Acción Recíproca (Tiar), proyectar a Brasil como la potencia antiyanqui  y someter todo el continente latinoamericano a la férula marxista-leninista, en una reedición de la guerra fría.
   11.  De continuar con la bobería colectiva, el paso de unas "negociaciones de paz" con las Farc, pueden convertirse en un duro revés para la seguridad nacional de Colombia y un complicado problema para los intereses de Estados Unidos en el hemisferio.
    No obstante, los afectados no creen o no dan importancia a lo que pasa, sin darse cuenta que los comunistas latinoamericanos, los fundamentalistas musulmanes, los embaucadores chinos, los agresivos rusos, los desafiantes norcoreanos y los fundamentalistas islámicos, tienen en mente destruir a Estados Unidos comenzando por sus aliados.
Que no se repita la premonición del general Douglas Mc Arthur, según la cual “la historia del fracaso de las guerras puede resumirse en dos palabras: Demasiado tarde".
 
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
 
  Obras del coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Reciba gratis noticias, articulos y entrevistas

* indicates required

Maintained and Created by: { lv10 }

LuisVillamarin.com, 2015©