No basta con decir que los nexos de Mindefensa venezolano con las Farc se tratarán en privado con Chávez

Publicado: 2012-01-19   Clicks: 3773

   Análisis del conflicto colombiano

     Por lustros se ha repetido que la amnesia política de los colombianos incide en elegir y reelegir corruptos, repetir los errores del pasado y perdonar a los delincuentes. En esta oportunidad la regla tampoco tiene excepción.

     Al mismo tiempo que “Colombianos por la Paz” propusieron la tregua bilateral para iniciar conversaciones gobierno-Farc, Chávez rompió la promesa de no meter la nariz en los problemas de Colombia al montar la encerrona de la Celac, y luego afirmar en público, que él está dispuesto a facilitar la paz en nuestro país.

     Y con hechos, no con palabras, Chávez volvió a declarar la guerra contra Colombia, con el nombramiento y posesión del general Rangel Silva como ministro de Defensa, a sabiendas que ese delincuente vestido de militar, es el contacto de Timochenko con el Palacio de Miraflores, y el as con que cuentan los  terroristas y proterroristas del hemisferio, para ver realizado en el continente, el sueño totalitario de la dictadura cubana.

     La respuesta de la cancillería colombiana fue tan tibia como falta de profundidad diplomática y de visión geopolítica o geoestratégica. Lo correcto hubiera sido sentar las protestas y acciones judiciales a que haya lugar, ante entes internacionales pertinentes. Lo único que podría explicar la ausencia de carácter de Santos frente a su "nuevo mejor amigo", es porque desde Caracas se está cocinando al nueva farsa de los diálogos de paz, con tregua y otros despropósitos incluidos.

   La actitud apaciguadora y débil del gobierno Santos frente a la expresión desafiante y provocativa de Chávez, solo induce a que protegidos por la equivocada visión diplomática de Santos y su bella canciller, los cómplices del grupo terrorista sigan dedicados a apoyar y legitimar a las Farc. Máxime que ahora Rangel manejará el presupuesto de Defensa venezolano y tendrá mayores facilidades para entregar a las Farc, misiles tierra-aire, explosivos, armas de infantería ligera, municiones, apoyo médico, sitios para entrenar terroristas, contactos para reclutar venezolanos, nicaragüenses, ecuatorianos, bolivianos, argentinos, paraguayos, etc.

      En esencia, la conducta pusilánime del dúo Santos-Holguín solo servirá para que Timochenko siga encantando serpientes con su verborrea fluida, mientras las cuadrillas repiten lo que hicieron durante los diálogos de Casa Verde, Tlaxcala, Caracas y el circo del Caguán:

     Reequiparse, reentrenarse, reclutar campesinos, aumentar la cobertura de contactos internacionales, etc; mientras los bandidos del Secretariado hablan de “paz democrática”, con el obvio coro propagandístico de Colombianos por la Paz, las Madres de Mayo y otros grupúsculos de izquierda, que se les adhieren en pos de su legitimación internacional.

     Igual que en Casa Verde (1982-1990) o en el Caguán (1998-2002), las Farc necesitan con urgencia de la tregua, para que las Fuerzas Militares se retiren de las áreas donde antes hacia presencia la UP y ahora hacen propaganda política las células del Partido Comunista Clandestino y las comisiones de “maseros farianos”, con el fin de recuperar zonas de influencia, desdoblar frentes y crear nuevas cuadrillas para reiniciar la ofensiva contemplada en el Plan Militar General de las Farc, apéndice central del Plan Estratégico, trazado durante la séptima conferencia en 1982.

    Urge que las Fuerzas Militares, desempolven los archivos de inteligencia, y que un equipo de trabajo de Estad Mayor Conjunto, elabore un estudio serio y científico acerca de las verdaderas intenciones de las Farc y sus socios. Algo que ha debido hacerse, desde cuando Santos comenzó a coquetear con Cano  por medio del Partido Liberal y de algunos sacerdotes tan despistados como inconsecuentes.

     Si las Fuerzas Militares no se anticipan a los hechos y le cuentan al país por medio de un documento franco y directo, que se esconde detrás de las palabras rebuscadas de Timochenko, Santos llegará a la mesa de negociaciones con los terroristas igual que López, Turbay, Belisario, Barco, Gaviria, Samper y Pastrana: Con un rimbombante equipo de improvisadores, que desconocen el Plan Estratégico de las Farc, que solo desean estar en fotos y videos al lado de los bandidos que se disfrazan de militares y obviamente, cobrar ingentes salarios por sus “servicios a la patria”.

    Como es de suponer esas conversaciones solo favorecerían a las Farc y sacrificarían una vez más a Colombia y a las Fuerzas Militares, porque igual que en el pasado los errores de los dirigentes políticos, comenzando por la misma guerra contra el brazo armado del Partido Comunista, serán achacados a las tropas.

   Entretanto, sin que nadie les cobre por su fracaso, los ineptos negociadores se convertirán en embajadores, ministros, senadores, secretarios de presidencia, alcaldes, gobernadores etc. Y los militares que defendieron a esos “demócratas” estarán en la cárcel o en la picota pública.

      El “plan de paz” de las Farc es un plan de guerra contra Colombia. Por ningún motivo las Fuerzas Militares pueden tolerar que sus hombres sigan siendo mancillados por culpa de la ineptitud de la dirigencia política, por la demagogia y en este caso por la incertidumbre derivada de la ausencia de carácter firme de Santos, suplido con posturas  ambivalentes y aparentes deseos de quedar bien con todo el mundo.

     Si Santos se autoatribuyó el éxito de la Operación Jaque para obtener ganancias electoreras personales, pero sacó el cuerpo cuando sucedieron las supuestas ejecuciones extrajudiciales, así como traicionó a la reserva activa cuando se comprometió a solucionar el legítimo derecho de salarios no pagados de acuerdo con el IPC desde 1992; mal pudiera esperarse que sea leal con las actuales tropas en caso de que le dé por concretar su embeleco reeleccionista sin tener planes y objetivos concretos, de negociar con las Farc, por medio de su nuevo mejor amigo, a sabiendas que los narcoterroristas y Chávez, solo desean ver a Colombia dentro de la órbita dictatorial marxista-leninista.

     Por estas razones no basta la disculpa simplona de la ministra Holguín, que el tema de Rangel se hablara en privado con Chávez, pues la gavilla proterrorista de Chávez, Correa y demás cómplices de las Farc, no ha renunciado a su plan conjunto en aras de esclavizar a Colombia. Que la consuetudinaria amnesia política no le vaya a jugar una mala pasada al futuro de Colombia.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratégicos

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