Crisis Estados Unidos-Irán, podría repercutir en un ataque armado de Venezuela a Colombia

Publicado: 2012-01-27   Clicks: 3939

 

    Análisis del conflicto colombiano

   La cada día más tensa crisis entre Estados Unidos e Irán, surgida de la intención del estado islámico de continuar con el desarrollo de su programa nuclear, y de bloquear el paso a los tanqueros que transportan crudo por el Estrecho de Ormuz, si no se levantan las sanciones económicas contra el gobierno de Teherán, con la consecuente respuesta de Washington de la opción militar como alternativa a eventuales acciones diplomáticas ineficaces; podría repercutir en un ataque armado de Venezuela a Colombia.

    Los alcances geopolíticos y geoestratégicos de la tensión cuasi-bélica en la yugular petrolera, afectan al planeta por completo. Colombia no es la excepción. No solo por la incidencia en los precios del crudo y sus derivados, que produciría el estallido de una nueva guerra en el por siempre convulso Medio Oriente, sino por las desesperadas acciones militares que podría acometer Hugo Chávez en pos de sostener vivo el proyecto marxista-leninista en el continente, donde Colombia es su principal objetivo y de paso ayudarle a su socio iraní a aliviar la presión de Estados Unidos que tendría dos guerras simultáneas en dos extremos del globo terráqueo. Mil Vietnams en mil partes, ha repetido varias veces Chávez.

    Las justificaciones chavistas para atacar a Colombia, concordantes con un plan de larga data orquestado por los estados antiyanquis denominados "parias" por la Casa Blanca, estarían basados en atacar a los socios e intereses del “imperio” dentro de los que Colombia es un puntal;   actuar en solidaridad con Irán en la guerra global contra el “imperio”; generar “patriotismo pro chavista” dentro los venezolanos para evitar que la oposición gane las elecciones de octubre;  y si es cierto como parece serlo que a Chávez le queda un año de vida, proyectarlo en la historia como el presidente que defendió a los pobres de Latinoamérica y murió en su cargo, cuando hacia la defensa de ideales, incluida una “necesaria guerra contra el imperio capitalista y criminal”.

    Chávez sabe que para cumplir el sueño de la dictadura cubana de extender el comunismo en el hemisferio, es imperioso meter a Colombia en el círculo político del socialismo del siglo XXI, que ya cuenta con el terrorista desmovilizado Gustavo Petro en la alcaldía de Bogotá, pero que esto no es suficiente, pues requiere que las Farc se legitimen como  fuerza beligerante, ganen la guerra, y que ojalá, en Colombia gane las elecciones presidenciales financiadas por Caracas, alguien afín a las Farc, como ya fue exteriorizado desde La Habana.

    Con escasa profundidad, los analistas políticos del mundo, incluidos los pensadores estratégicos de Estados Unidos y Europa, evaluaron la poco clara visita de Ahmadineyad a Caracas, Quito, Managua y La Habana.  Todos se limitaron a decir que fue algo sin capacidad de hacer contrapeso a la Casa Blanca, pero ninguno se detuvo a evaluar realmente ¿a que vino a Latinoamérica, el polémico mandatario iraní?

    Sin duda que vino a coordinar con Chávez, Ortega, Correa y la dictadura cubana, como complicarle la vida al “imperio norteamericano”  a Israel, y a Colombia su principal socio estratégico en el hemisferio, con el fin de restar capacidad operativa militar a Estados Unidos en el Medio Oriente, en caso de que sea necesario atacar a Irán por la tensa situación de Ormuz, generar la crisis interna al gobierno de Obama, y ayudar a Chávez y los demás cómplices de las Farc, a obtener la legitimación del grupo terrorista, desatar la guerra contra Colombia apoyada por los gobiernos afines al Foro de Sao Paulo; y de remate, tener en la reserva estratégica a Rusia, China y Corea del Norte, mostrándole los dientes al mundo, frente a Estados Unidos que estaría tratando de apagar hogueras en diversos puntos del planeta.

    Indicios al respecto hay muchos. Y todos apuntan a extender la crisis no a minimizarla. En el orden internacional, sería la oportunidad de oro para que Siria atacara a Israel para reclamar la devolución de los Altos del Golán, pero además Turquía tendría el camino libre para atacar a los kurdos en Siria e Irak y tratar de apropiarse del petróleo iraquí, además de consolidar su posición en Chipre y mostrarle poder bélico a Europa que la mira con recelo y le da limitada participación comercial y cultural. Rusia por su parte atacaría la parte del Caúcaso proyanki y Corea del Norte podría atacar a su vecino del Sur. Inclusive, los enemigos tradicionales de Israel tendrían espacio para acometer acciones terroristas de envergadura con Hamas, Hizboláh, Al Qaeda y otros grupúsculos palestinos.

    Ni más ni menos es la dimensión de lo que han pensado y repensado los dirigentes de los “estados parias”, mientras los pacifistas y los incrédulos que pululan por el mundo, navegan en el mar de la bobaliconería, y de las descalificaciones contra quien advierta la gravedad del asunto.

    A ese complejo cuadro  geoestratégico mundial se suman con fuerza hechos concretos que indican el tamaño de lo que tejen los comunistas contra Colombia. Gracias a la miopía de Santos, del ministro de Defensa Pinzón y de la canciller Holguín, Chávez metió un caballo de Troya en la reunión de la Celac, al leer el mensaje de las Farc con el silencio cómplice de 33 mandatarios carentes de dignidad, para rechazar esta afrenta y por el contrario permitir que su presencia en Caracas, fuera utilizada para dar publicidad a los narcoterroristas y sus cómplices, con el embeleco de la “paz democrática en Colombia”.

    Claro, no la paz entendida como al supresión de la violencia comunista, sino una paz en la que las Farc sean legitimadas, se sienten de tu a tú con el gobierno colombiano, tengan estatus de beligerancia, embajadas y apoyo político, logístico y militar para lanzar la ofensiva final contra Colombia.

    De manera silenciosa pero efectiva durante más de un año con la complicidad de Cristina Kirchner, la estafeta de las Farc, ha movido hilos internacionales para meter en el show mediático de la liberación de los secuestrados, a una caterva de personajes proclives al terrorismo comunista, con la idea de crucificar al gobierno colombiano.

     Tantos viajes de la mensajera del Secretariado de las Farc, financiados por Chávez tienen una sospechosa coincidencia con las cartas de Timochenco que llevaron al éxtasis de la pasión literaria a María Jimena Duzán; a la par con el cínico mensaje de Iván Márquez enviado desde Venezuela, pidiendo comisiones internacionales de verificación a la situación de los terroristas encarcelados, otra vez la estratagema de la ley de canje, y desde luego, las liberaciones a cuenta gotas, con maquiavélica demora, mientras el gobierno no ceda a todas sus pretensiones.

     Y una perla más: Rafael Correa acaba de comprar 12 poderosos aviones de guerra, para garantizarle a Timochenco, que nunca más las Fuerzas Militares de Colombia, volverán a  atacar a las Farc en sus santuarios en Ecuador, además de tenerlos listos para ayudar por el sur, a su ídolo Chávez en el probable ataque contra Colombia.

      Santos calla. La canciller calla. Parece que el ministro Pinzón ni se ha dado cuenta de esa agresión. Por lo tanto a ninguno de los tres se le ha ocurrido la idea que es necesario activar el plan de movilización nacional para anticiparse a los hechos. Tampoco se ve acción del Consejo Superior de la Defensa Nacional. No hay señas de reentrenamiento de las tropas de cobertura con el obvio equipamiento..... Folclorismo tropical en su máxima dimensión.

     Santos está dedicado a buscar su reelección con actos politiqueros permanentes y gastos a dos manos del presupuesto nacional. Ahora envió a la canciller Holguín de mandadera a Egipto a buscar votos para Angelino Garzón en la OIT, a quien no sabe como quitár del lado, pues lo utilizó para ganar votos de los mamertos y ya llegó la hora de "sacarlo del baile".

    Pero claro, todos esos gastos inoficiosos los pagamos los contribuyentes del fisco. Entretanto la canciller pasea por el mundo, así no tenga la menor idea de su cargo. O es que acaso el embajador colombiano en Egipto no es capaz de "lagartear" un voto para Angelino en la OIT. Si no es capaz que lo quiten de ahí, pero que no malgasten más el presupuesto nacional en fruslerías.

    Tragicomedia total.  Mientras Chávez, las Farc y sus socios antiyanquis, están planeando en serio una agresión armada contra Colombia aprovechando el río revuelto de la crisis de Irán-Usa en el Estrecho de Ormuz, Santos solo piensa en la reelección y en espejito, espejito dime quien es el más bello;  Pinzón sueña en heredarle la presidencia en el 2018, la canciller viaja por los cinco continentes a cuerpo de reina, y ¿los demás ministros?... Muy bien gracias!!!

   Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

Obras del coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

 

 

 

 

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