Análisis del conflicto colombiano
En menos de una semana los medios de comunicación de Colombia, colmaron las columnas de opinión y los espacios informativos, con múltiples noticias y comentarios acerca de la esquiva paz, la intransigencia de las Farc, y, la perversidad de sus cómplices desde la legalidad, para el montaje publicitario de la liberación de un periodista francés; para luego rematar con la aparición de un supuesto comunicado del grupo terrorista pleno de alabanzas al “marco legal para la paz”, promovido por el presidente Santos y su escudero Roy Barreras en el Congreso Nacional.
Igual que en anteriores ocasuiones, la estratagema de paz de las Farc llena de acciones propagandísticas, manipuló a los medios de comunicación a su antojo, pues con la disculpa que su deber es informar así sea tragando entero, los periodistas ansiosos de las chivas y de los premios del gremio, les sirvieron de caja de resonancia, sumado a que los blogs y columnas on-line de periódicos y revistas, facilitan que el Frente Internacional de las Farc, haga eco de las farsas.
En el olvidado caserío de San Isidro enclavado en el corazón del Caguán, los terroristas que tenían secuestrado al periodista francés montaron un show publicitario, transmitido en vivo y en directo por Telesur (¿o tal vez Telefarc?), y como cualquier politiquero en campaña pusieron letreros con supuestas invitaciones de las madres de soldados y terroristas rasos para que cese la guerra.
Como nadie dio trascendencia a esta baladronada, recurrieron a sus difusores en la web para reiterar que Colombia necesita la paz, pero no la paz que desea el pueblo que el 4 de febrero de 2008 se volcó a las calles a pedir el final de las Farc, sino la paz que quieren para Colombia los camaradas armados y desarmados de las Farc, sus cómplices nacionales e internacionales y los mandatarios que ahora son los “mejores nuevos amiguis de Juanma”.
Es decir, la paz que signifique la derrota de la libertad individual, y la propiedad privada, para instaurar en Colombia una dictadura comunista férrea y opresora, violadora de los derechos humanos y criminal contra su propio pueblo, como ocurre en Cuba, con la circunstancia agravante que hacia allá parecieran marchar Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina.
Pero el escándalo mediático de la semana no podría terminar allí, pues sería insuficiente la tragicomedia. El viernes 1 de junio en horas de la tarde se alborotó el avispero, con la supuesta carta de las Farc para apoyar el marco legal para la paz.
Al leer el supuesto documento fariano, surgen tres presuntos autores intelectuales y materiales de la farsa mediática. Uno, el propio gobierno, interesado en la reelección y en generar un clima de que todo debe marchar hacia la paz como la queire Santos a toda costa: sí, sin estrategia concreta y sin haber decantado las desastrosas experiencias de Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria y Andrés Pastrana, durante sus fallidas conversaciones con los terroristas.
Dos, los “tirburones”, la “mano negra”, los derechistas arcaicos, y otros epítetos con los que Juanma en medio de su populismo inusitado, denomina a quienes hace un par de años eran sus cuates de cuitas y avatares políticos, quienes por razones y circunstancias actuales, podrían estar detrás de torpedear su poco clara y sin visión estratégica versión del “marco legal para paz”
Tres, las propias Farc, acostumbradas a manipular a sucesivos mandatarios sin carácter y sin estrategia integral para combatirlos.
Es evidente que este “embuchado” provenga de donde proviniere, solo pretende desinformar, confundir y justificar a cualquiera de los tres presuntos autores, pues si se mira con lupa, los intereses de los tres salen favorecidos en caso de que la idea tome fuerza, con el nefasto resultado final de incrementar la polarización, que a la larga favorecerá a los terroristas, que tendrán nuevas justificaciones para seguir dedicados a construir su cadena de farsas, engaños y mentiras al país… ¿Hasta cuándo?... No se sabe por ahora.
Ese es el reflejo de la poca estatura mental de nuestra dirigencia política, de la falta de objetivos nacionales, de la carencia de un plan de gobierno coherente para neutralizar la violencia, y del desconocimiento capital que hay en Colombia, en todos los estamentos sociales, privados y públicos, frente al Plan Estratégico de las Farc.
Por esta razón y no por otra, en río revuelto hay ganancia de pescadores, y por eso el país pasó con tanta facilidad del show mediático de las Farc y sus correligionarios para liberar a un desconocido periodista francés, al escenario propagandístico de un embuchado, que solo conduce a la desinformación acerca de las verdaderas intenciones y procedimientos de los terroristas.
Mientras tanto, la guerra continúa y muchas regiones del país continúan sumidas en el atraso y la violencia, derivados de la falta de presencia del gobierno, de la inacción del Estado y de la consuetudinaria rapiña por el poder de los mismos de siempre, hoy amenazados por la ambición totalitarista de las Farc y sus secuaces. Ni más ni menos.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
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