Las Fuerzas Militares deben escribir la Memoria Histórica del Conflicto

Publicado: 2013-08-08   Clicks: 3104

     Analisis del conflicto colombiano  

     La historia del conflicto armado en Colombia está por escribirse. La reciente publicación de un resumen informativo por parte de un medio de comunicación bogotano y un dudoso informe de Memoria Histórica avalado por la ONU y la pantalla publicitaria del presidente Santos, son apenas dos intentos muy parciales y parcializados, por escribir para la posteridad, la realidad de la guerra y la violencia, desatada desde hace varias décadas por el Partido Comunista Colombiano y sus brazos armados; continuos, disidentes o afines como las Farc, el Eln, el M-19, el Epl, el Ado, el Prt y otros grupúsculos terroristas inspirados por las tesis de los camaradas, autodenominados cuadros políticos nacionales y regionales del Partido… (Comunista Colombiano).

     La escasa bibliografía del conflicto colombiano a partir de Marquetalia, en la que ni individual ni colectivamente se ha tenido en cuenta a los militares colombianos, es sesgada, tendenciosa y cargada de falsas imputaciones, apreciaciones subjetivas y juicios de valor.

      Resulta más grave, que ni las Fuerzas Militares se han interesado en escribir esta parte de la historia, a partir de desempolvar los voluminosos archivos operacionales y de inteligencia militar; ni se ha consultado a los oficiales y suboficiales que participaron en miles de operaciones (pequeñas y grandes) contra el narcoterrorismo comunista; ni tampoco la dirigencia política se ha preocupado por encauzar un esfuerzo académico investigativo, respecto a esa realidad palpitante, pero ignorada.

      Las universidades con facultades orientadas al estudio de las ciencias sociales o de historia colombiana, comenzando por la Universidad Militar Nueva Granada- que por afinidad institucional debería dar un primer paso; también han sido inferiores al reto.

      Brillan por la ausencia este tipo de investigaciones, además que dentro de las Fuerzas Militares tampoco hay, ni deseo de hacerlo, ni el más mínimo estímulo profesional para los oficiales o suboficiales que denotan aptitudes especiales para desarrollar este tipo de trabajos de altísima importancia institucional, que en otras latitudes son prioritarios para sus Fuerzas Militares y para la historia del país.

     Se nivelan las espigas por lo bajo y se cultiva la mediocridad intelectual al interior de las Fuerzas Militares, reemplazada a menudo por los bravucones, los intrigantes o los sumisos que serían incapaces de rebatir decisiones políticas por estúpidas o nefastas que estas sean, con el argumento baladí de la primacía civil sobre la militar.

      El reciente informe de autodenominada memoria histórica de una comisión de la ONU, sumado a la calculada intención de las Farc de desmontar las Fuerzas Militares para empoderarse como grupo político con brazo terrorista, y apoderarse del Congreso, las alcaldías, las asambleas, los concejos municipales, etc; induce a que los altos mandos militares y el ministro Pinzón abran los ojos, frente a esta realidad y actúen en consecuencia, es decir elaborando una memoria histórica ajustada a la verdad de la agresión narco-comunista y a los hechos como sucedieron, para desenmascarar el sistemático genocidio del pueblo colombiano en especial los campesinos, víctimas de sus persistentes y reiteradas atrocidades, propias de la línea de conducta marxista-leninista de las Farc y el Eln, según la cual fin justifica los medios.

      La solución es sencilla pero exige cerebro y voluntad. Un grupo de oficiales y suboficiales con habilidades académicas, dirigidos por especialistas en el tema, puede seleccionar algunos de los múltiples episodios de la criminalidad comunista contra Colombia, sustanciarlos con las pruebas existentes en diversas fuentes y escribir la primera de varias partes de la Memoria Histórica.

      Es una tarea tan urgente como continuar con la búsqueda de información de combate y la ejecución de operaciones contra los cabecillas de las Farc. 

      Ministro Pinzón, General Navas, General Mantilla, General Pinilla, Almirante García:

Las guerras de Vietnam, Nicaragua y parcialmente la del Salvador no las ganaron los comunistas en los campos de batalla, las ganaron en los escritorios de adormecidos y camaleónicos  congresistas parecidos a Benedetti o Roy Barreras; con ONG´s que se mueven por el mundo frente a la indiferencia de burócratas e ineptos diplomáticos; en las salas de redacción de los medios de comunicación inclinados a buscar galardones del gremio sin importar la suerte del país; y en la academia, en la enseñanza, en la publicación de materiales y textos de estudio.

      Ministro Pinzón: No hay peor ciego que quien no quiere ver, ni mayor estulticia que saber dónde está el remedio para la enfermedad, pero voltear la vista para otro lado, en particular cuando la alerta proviene de quien se considera nocivo, porque no hace parte del círculo de aduladores o de la mediocridad colectiva.

Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratégicos

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