Defensa Nacional y conflicto interno en Colombia

Publicado: 2007-08-11   Clicks: 2639

 Escritor estratega

Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Publicado el 11 de Agosto 2007 3:18 PM en el Diario El Tiempo de Bogotá Colombia

http://www.eltiempo.com/blogs/analisis_del_conflicto_colombiano/2007/08/Defensa-Nacional-y-conflicto-i.php

     cover guerra sicológicaLa doctrina estratégica sintetiza la defensa nacional en la previsión de todos los recursos humanos y materiales, para una eventual movilización de la nación en aras de defender la soberanía, preservar las instituciones y mantener la integridad territorial. En ese orden de ideas, la seguridad nacional es la acción que ocurre cuando el criterio global de defensa nacional pasa al hecho de defender o restaurar, cualquiera de los tres pilares básicos enunciados,  afectados por los efectos nocivos de agentes que interfieran de manera sustancial en la capacidad del Estado para garantizar la vida, la honra y los bienes de sus asociados.

     La constitución y las leyes vigentes establecen la obligación que tienen todos los colombianos mayores de 18 años para definir la situación militar, pero como se anotó en escrito anterior, mediante todo tipo de argumentos, los estratos cuatro, cinco y seis, rehuyen a cumplir esta obligación legal. El punto álgido del asunto, es que quienes eluden ese servicio, a menudo son quienes ocupan los cargos públicos, legislan o imparten justicia, pues los tres estratos altos son la fuente de personas que pueden estudiar e integrarse a la política para ejercer la administración pública.

     Y además son los dueños de más del 90% de la propiedad privada existente en Colombia, la misma que pretenden suprimir los guerrilleros comunistas. Y ni aún asi, aceptan que deben defender el patrimonio personal o familiar. Para eso están los soldados de los otros estratos. El resultado es previsible. Nadie puede dar de lo que desconoce, ni amar lo que no considera propio o prioritario.

      De contera, en las universidades, los colegios y en términos generales en casi todas las organizaciones sociales, ha tomado fuerza el criterio erróneo que cuando un joven bachiller va a servir al Ejército, en realidad va a perder tiempo de los estudios superiores. Pareciera que la disciplina y los  principios morales reforzados en los cuarteles, así como el amor por Colombia, fueran cosas secundarias, pues es mas fácil buscar las intrigas políticas o los padrinazgos para prolongar vicios que opacan los méritos y fortalecen las componendas.

      Fuera de la Escuela Superior de Guerra y de algunos eventos académicos circunstanciales en la Universidad Militar, no existe en el país ni una publicación científica ni una institución académica, que encare con seriedad y profundidad analítica, asuntos esenciales de las ciencias militares relacionadas con el conflicto armado en Colombia, verbigracia la geopolítica, la alta logística, la seguridad nacional, la guerra revolucionaria, la historia militar, la oplología o la sociología militar.

      La ausencia de información y análisis científico en torno a temas complejos que demandan largos periodos de estudio en las aulas y en los puestos de mando operacionales, incide en que la población civil desconozca la realidad de la agresión comunista y de las autodefensas, pero lo que es peor, que se mire la guerra como un asunto militar, del cuál se es ajeno.

      Muy pocos compatriotas o casi ninguno, entiende en Colombia o en el exterior del país, que la agresión de las guerrillas comunistas apunta contra la institucionalidad y la nacionalidad, que la pretensión totalitaria de los guerrilleros es imponer un gobierno dictatorial similar al de Cuba, cuyo primer paso es silenciar a cualquier opositor, cerrar las fronteras a los compatriotas y suprimir la propiedad privada.

       Es tal el grado de desconocimiento del problema, que con frecuencia se califica la institucionalidad de corrupta, sin diferenciar o hacer la claridad, que los corruptos son algunos de los integrantes de las instituciones, no estas persé. Para colmo de males, la red global electrónica, permite que se escriba y quede como documento registrado cualquier posicionamiento sin el debido soporte estructural, lo cual desde luego es campo abonado para la propaganda y la desinformación de quienes desean ampliar el caos donde ya existe para seguir con la ganancia de pescadores en río revuelto.

      Pero si hay desconocimiento en los asuntos de la defensa nacional en lo interno, es aún mas grande la desinformación acerca de los asuntos fronterizos. Casi ningún colombiano ha leído o tiene fuentes de consulta a la mano, en torno a los diferendos limítrofes y la estructura fronteriza. Las comisiones binacionales de fronteras no han podido resolver puntos cruciales con Nicaragua y Venezuela. Y como tampoco ha existido política de fronteras ni estrategia de desarrollo socioeconómico con miras a la defensa nacional, todas las fronteras terrestres colombianas, están plagadas de agentes generadores de violencia, reina el subdesarrollo y es evidente la ausencia del Estado.

       Aunque las comparaciones son odiosas, vale la pena confrontar lo que sucede en Israel  otro país azotado por el terrorismo. Allá la situación es diametralmente opuesta a la colombiana. Todos los israelíes tienen información precisa acerca los diferendos limítrofes, la capacidad militar y política del enemigo interno y la realidad geopolítica de su país.

     Todas las construcciones civiles en Israel están enmarcadas dentro de la estrategia integral de seguridad nacional. Las carreteras están diseñadas con base en cálculos exactos del tiempo requerido para movilizar tropas terrestres de un lugar a otro y todas están habilitadas como aeropuertos improvisados cada cierta distancia.

      Todo joven, sea hombre o mujer, mayor de 18 años se presenta voluntariamente a prestar el servicio a su país, lo cual es un honor y no una absurda presunción de pérdida de tiempo. Terminado el servicio militar, todos los reservistas quedan integrados a unidades de segunda línea listas para ser activadas en caso de una movilización nacional, por lo tanto, deben asistir a obligatorios reentrenamientos periódicos.

      No obstante que los judíos están diseminados por el mundo, todos tributan al Estado de Israel y cooperan para su crecimiento como nación. Entre todos se apoyan y buscan el bienestar individual y colectivo de su raza. De esa manera sobreviven en un mundo hostil, en el que cerca de siete millones de judíos están rodeados de casi 350 millones de musulmanes que desean destruirlos.

En síntesis, la defensa nacional debe ser un concepto colectivo de todo el país. No puede ser vista desde un criterio equivocado, en el que se circunscribe la seguridad del Estado a la acción militar contra los agresores actuales o potenciales. Por ese detalle, es que la sociedad civil colombiana sigue convencida que la agresión comunista le es ajena, que los ciudadanos inermes son neutrales y que los terroristas son insurgentes con ideales de cambio social.

    Desconocer los alcances de la agresión enemiga, por ausencia de consenso alrededor de la Defensa Nacional, es otra de las razones, tal vez la mas poderosa para que la guerra en Colombia se haya convertido en un sangriento conflicto crónico sin asomos de luz al final del túnel a corto o mediano plazo. Y por esta misma razón, fuera de los escasos generales que gobernaron a Colombia, ni los presidentes ni sus ministros de defensa civiles prestaron servicio militar. Es imposible que alguien pueda dirigir una estrategia de la cual ignora los componentes, las líneas de acción y los objetivos nacionales, o es incapaz, de por lo menos idearlos.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Analista de asuntos estratégicos

www.luisvillamarin.com

Jersey City, NJ USA

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