Reflexiones político-estratégicas, tras 45 meses de conversaciones con las Farc en Cuba

Publicado: 2016-08-10   Clicks: 1922

    Análisis del conflicto colombiano

    Transcurridos 45 meses, es decir tres años y nueve meses de escuchar a las Farc imponiendo condiciones al gobierno de Juan Manuel Santos, el balance político-estratégico de lo acontecido acumula más sombras que luces, más preguntas que respuestas y más dudas que claridades, en un escenario real de vanidoso triunfalismo auto propagandístico de Santos, solidez grupal de las Farc, incertidumbre de los colombianos, debido a la ambigüedad de la información, el discurso camaleónico de los cabecillas de las Farc y el desconocimiento del llamado “establecimiento” acerca de las intenciones de los terroristas y sus muchos cómplices.

    Así las cosas, la iniciativa estratégica está en poder de las Farc, como consecuencia de una prolongada cadena de ardides y estratagemas que pusieron al Estado en un creciente recorrido de desgaste estructural y han forzado al débil gobierno de Santos a enmascarar con mentiras y artilugios, la verdad de lo que a diario le exigen e imponen los cabecillas de las Farc en Cuba.

    Pese a que con actitud de "culebrero de pueblo paisa", Humberto de La Calle advirtió que el gobierno no sería rehén del proceso y que luego con consuetudinario histrionismo, que oculta altísima falta de carácter, el general Mora dijo que las Farc no tendrían zonas liberadas, los hechos denotan que los terroristas han manipulado durante 45 meses, de manera calculada y sistemática la agenda, los tiempos y las metas del Plan Estratégico sin que el gobierno y sus negociadores demuestren nada diferente a ceder y ceder soberanía.

    Dicha debilidad gubernamental es maquillada con exagerados gastos en propaganda de apaciguamiento encaminada al Nobel de Paz para Santos, su eventual paso a la Secretaría General de la ONU, y el evidente interés de Humberto De La Calle para ser candidato a la presidencia en 2018. Y para ello cuentan con ministros a la medida de la mediocridad requerida, tales como la canciller Holguín, Luis Carlos Villegas, Gina Parody, Juan Fernando Cristo u otros que "ni rajan ni prestan el hacha", además de los enmermelados congresistas encabezados por Roy Barreras y Beneddetti, a quienes acompasan otros que son verdaderas vergüenzas políticas e históricas.

     De otra parte es innegable la audacia y los caballos de Troya con que las Farc y sus cómplices han manejado la selección de víctimas llevadas a La Habana donde quedó la sensación que los culpables del crimen fariano son los mal llamados paramilitares; la justicia transicional al acomodo de las tesis terroristas del comunismo internacional, acuerdo del cese bilateral y dejación en salmuera de riesgosos subpuntos pendientes de la agenda, así como el condicionamiento a la amnistía y los resultados del plebiscito, para supuestamente concentrar las estructuras terroristas.

    Entretanto, las Farc se dan toda la publicidad posible y aparentan estar dispuestos a firmar la paz, a sabiendas que es lo que menos les interesa, pues su objetivo es llegar al poder por medio de la combinación de las formas de lucha sin renunciar a las armas, sino mediante su legitimación. No importa que la contraparte o quienes siendo colombianos se creen neutrales, caigan en la bobería colectiva de la paz, con el cuento de que llevamos cincuenta años matándonos y si no se le entrega el país a las Farc, ocurren las premoniciones de Santos, Gaviria y Beneddetti, que las Farc se pondrán más furiosas y arremeterán con más violencia, entonces hay que cederles en todo.

    Con el cese bilateral impuesto por las Farc, los terroristas dieron el primer paso hacia la legitimación y el estatus de beligerancia, en busca de un armisticio como si fueran otro Estado, que no renuncia a la guerra revolucionaria marxista-leninista sino que busca legitimarla, maniataron a las Fuerzas Militares, y, coordinaron la farsa con el  Eln que está desarrollando el libreto al pie de la letra

    De paso, con esto las Farc lograron que se hable de una reforma estructural de las Fuerzas Militares a la conveniencia del Partido Comunista y sus coequiperos armados y desarmados, incluyendo un efecto sicológico de auto-culpa en errores de la dirigencia política trasladados a los militares, a quienes por extensión se les están endilgando los crímenes cometidos por los terroristas.

    Las Farc no se han comprometido a nada. En contraste han comprometido al gobierno a tomar decisiones que solo favorecen la legitimación política del grupo terrorista. Prueba de ello es la negación permanente de ser un cartel narcotraficante pese a contundentes pruebas nacionales e internacionales y la imposición que se debe castigar a quienes han auspiciado grupos ilegales de autodefensa mal llamados paramilitares, sin que para nada se mencione a los dirigentes nacionales y regionales del partido comunista responsables de crear a las Farc, oxigenar la guerra terrorista contra Colombia, publicitar el crimen atroz como acciones valederas de guerra revolucionaria y de paso negar descaradamente cualquier nexo con las Farc.

    Al hacer ese traslado al Estado de todas las responsabilidades de la guerra, la Farcpolítica queda libre de toda culpa. Así los reconocidos cómplices de las Farc depuran sus culpas, escudados en decisiones espurias de altos tribunales, leguleyadas de abogados trapaceros, y nombramiento de mediadores de paz por conveniencia. Lo hallado en los computadores de los cabecillas abatidos después de la caída de Raúl Reyes, corroboró que, aunque la Corte Suprema con tinte antiuribista no quiso encarcelar a delincuentes de cuello blanco proterroristas, es totalmente cierto lo encontrado en los archivos electrónicos del segundo cabecilla de las Farc, cuando murió en Ecuador hace ocho años.

    Pero para hacer la paz diseñada por Enrique y Juan Manuel Santos, se requería un fiscal de bolsillo como Montealegre y unos mandos militares sumisos que les permitiera ocultar esas pruebas, bajar la temperatura y hasta poner a los mismos implicados en la Farcpolítica a mediar con las Farc, es decir el gato cuidando el queso. Algo similar a cuando Belisario Betancur puso de mediador al camarada Rojas Puyo, y poco después con el mayor descaro Jacobo Arenas publicó un libro que desenmascaró al locuaz dirigente comunista, que en realidad era el agente de inteligencia de las Farc en la Comisión de Paz.

    En este escenario de audacias e imposiciones permanentes, las Farc aprovecharon coyuntura internacional de las elecciones de Estados Unidos, la crisis de gobernabilidad en Venezuela y la ineptitud de la ONU frente a la crisis política y humanitaria en el Medio Oriente con las guerras surgidas después de la Primavera Árabe, para imponer a Santos, la mediación internacional que busca legitimar al grupo terrorista, no su disolución ni su desmovilización.

    Y a Santos con irrisorios índices de popularidad y con evidente muestra de ineptitud somática y funcional para gobernar, recurrir a la Onu le dio oxígeno internacional, gracias a que la oposición es insuficiente para bloquearlo en el Congreso y a que la mermelada a raudales tiene a congresistas descriteriados a su favor y periodistas superficiales publicando insensateces todos los días, acerca de una paz que solo existe en el imaginario y está muy lejos de la realidad.

    Para rematar la doble moral del gobierno de Obama desde Estados Unidos, que aprovecha la coyuntura electoral para aparentar el pacifismo demócrata que permita continuidad del partido en la Casa Blanca, ha servido a las Farc para darse vitrina internacional y seguir adoquinando el camino del ansiado estatus de beligerancia.

    Entre tanto en Colombia aumenta la desinformación al respecto, y se da pie para que reaparezcan los mal llamados grupos paramilitares. Eso lo saben muy bien las Farc y es por tal razón que persisten en que el Estado persiga a esos criminales, como debe ser su función, pero callan intencionalmente la persecución y judicialización de los integrantes de la Farcpolítica, lo cual incrementa la mentalidad vindicativa y virulenta de quienes han padecido la violencia comunista en las regiones.

    Eso y mucho más es el lacónico cuadro de realidades derivadas de 45 meses de imposiciones unilaterales de las Farc a los mudos negociadores de paz del gobierno, y a la obsesiva intención vanidosa del presidente Santos de preguntar todos los días frente al espejo:

     “Espejito, espejito, dime quien es el mas bello de los demagogos colombianos?”

 

     Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

    Especialista en Defensa Nacional y Geopolítica

     www.luisvillamarin.com

     New York, 10 de agosto de 2016.

El coronel Luis  Alberto Villamarín Pulido es analista de asuntos estratégicos, especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional, temas sobre los cuales ha escrito y publicado 31 libros. Para leer algunos de los libros escritos por el coronel Villamarín haga click aquí

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