¿Favorece la paz de Colombia el premio Nobel de Paz a Santos? ¿A quién le conviene?

Publicado: 2016-12-14   Clicks: 2048

    Análisis del conflicto colombiano

    Cada vez que ocurría un suceso extraordinario con visos sospechosos, o un crimen de incidencia en la vida social, política económica  y militar del imperio, los antiguos romanos, iniciaban la indagación para aclarar los hechos con la pregunta ¿A quién le convenía que ese hecho extraordinario sucediera así?

    Dentro de ese marco conceptual trasladado a la Colombia de 2016, frente al publicitado Premio Nobel de Paz otorgado sin méritos concretos al presidente Santos,  sobredimensionado en grado sumo por los medios de comunicación y los impregnados de mermelada ─muchos con la hipocresía propia de la tradición zalamera de los dirigentes políticos colombianos─ surgen dos preguntas claves: ¿Favorece la paz de Colombia el premio Nobel de     Paz a Santos? ¿A quién le conviene tan ostentosa como sospechosa distinción?

     Un examen riguroso de los actores del conflicto en torno a esas dos preguntas, dentro del cual los colombianos en su totalidad somos los principales afectados, deja más sombras que luces, más dudas que claridades y más preguntas que respuestas, todas contrarias al embeleco publicista, multiplicado a borbotones desde la Casa de Nariño, gracias a los dineros de los colombianos, utilizados de manera insaciable para satisfacer la vanidad y el egocentrismo extremo de un mandatario, mediocre en gestión gubernamental, alejado del pueblo que por error lo eligió y auto-propagandista sin par.

     La cronológica catarata de hechos acaecidos después del estruendoso fracaso de la maquinaria santista el 2 de octubre con el plebiscito, indica que a la par con los enmermelados cuerpos diplomáticos colombianos en el exterior, los mamertos colombianos en unión con su pares gringos que en ese momento daban por segura la llegada de la señora Clinton a la Casa Blanca, hicieron las llamadas y contactos propios de la lagartería de los mediocres, entonces Obama, Mc Govern, la Pelossi, la Clinton, Carter y otros personajes de “alta talla internacional” movieron fichas para que la “imparcial academia escandinava” otorgara el Premio Nóbel a Santos, sin importar los inexistente méritos.

     El hecho era demostrar a los votantes gringos, que un pacifista con Premio Nobel incluido e inmerecido como Obama, dejaría un legado al mundo que naturalmente sería conservado por su supuesta sucesora. Simón Trinidad saldría de la cárcel, el Departamento de Estado en una más de sus consuetudinarias dobles moralidades, diría que ya las Farc no son terroristas y colorín colorado este cuento se ha acabado.

     Al coro se unieron izquierdistas de todas las latitudes, unos por convicción y afinidad ideológica con el narcoterrorismo comunista de las Farc y otros, gracias  a la persistente labor publicitaria que hacen los miembros del Frente Internacional de las Farc en todo el planeta, frente a la ineptitud de cientos de embajadores, cónsules y otros rimbombantes títulos de una taifa de mediocres, dedicados a sus negocios y actividades particulares, con casa, carro y beca pagados por los contribuyentes  colombianos.

    Así unos y otros con intereses tan disímiles pero todos contrarios al futuro de Colombia, consiguieron que Santos y su cohorte de lagartos recibieran el Nobel de paz, con televisión a bordo y “marcha voluntaria de antorchas en homenaje”

     Visto este desconsolador panorama operativo de la lagartería diplomática colombiana, la misma que fue incapaz de lograr un fallo favorable a Colombia en La Haya ante la piratería histórica de Nicaragua, es pertinente analizar uno por uno los actores de las conversaciones de paz con las Farc para deducir que aquí solo ganó la vanidad de Santos y perdió Colombia, por las siguientes razones político-estratégicas:

     1.  Es claro que las Farc no han renunciado ni a su plan estratégico, ni a sus objetivos a largo plazo, ni a la combinación de las formas de lucha alrededor del “movimiento armado”, ni han dejado de ser comunistas, ni creen en el futuro de Colombia en manos de “burgueses como Santos y los de su clase”, ni les importa que el pueblo colombiano y la opinión mundial los mire como narcotraficantes, bandidos, asesinos, terroristas, pues son así, siempre han sido así y siempre lo han negado por medio de sus comisarios políticos y cómplices nacionales e internacionales.

     2. De remate la inesperada ─para las Farc y Santos─ victoria de Trump en Estados Unidos, advierte a unos y otros que sin importar los hipotéticos altos cargos públicos que llegaren a ocupar los terroristas, el obsesivo mandatario gringo ordenará a sus organismos de seguridad capturarlos y llevarlos ante la justicia estadounidense, para que paguen por los delitos cometidos contra la gran potencia. De eso no hay la menor duda.

    3. Mientras Nicolás Maduro siga afrontando los graves problemas de legitimidad, gobernabilidad y sobre todo continuidad del cumplimiento de las órdenes de la dictadura cubana contra la libertad en el hemisferio, ni las Farc ni el Eln se van a desmovilizar, porque ambos son parte de la mal llamada revolución bolivariana y del socialismo del siglo XXI.

     4.  Para la inteligencia militar colombiana, por ende para el gobierno Santos, no es ningún secreto que el Eln y las Farc actúan en consonancia y coordinado acuerdo con el tema de la paz. Que son interdependientes y que lo único que buscan es prolongar y extender a todo el país, la supresión de presencia militar en las regiones, para que las milicias bolivarianas de las Farc, populares del Eln y los demás organismos políticos de ambos grupos terroristas se dediquen a reclutar más guerrilleros y ampliar la base político-armada, porque la guerra sigue y por ahora lo que se ha logrado es una enorme victoria estratégica para ellos. No la victoria final que es la imposición del socialismo.

     5. El sospechoso supuesto viraje en menos de cuarenta días, con aparentes cambios a lo que según decían por parejo cabecillas de las Farc y coequiperos de De La Calle, no permitía ningún cambio pues fue concitado durante casi cinco años, es un asunto más que suficiente para inferir que un caballo de Troya o quizás un elefante más grande que el que se le “coló a Samper” están muy cerca de la casa de Nariño, el vergonzoso parlamento colombiano y las altas cortes llenas de Poncios Pilatos aderezados con un boato burocrático y connotación de “intocables”.

     6.  El afán de Santos y las Farc por imponer un fast-track que en la práctica se ve como un Farc-track, desconociendo la voluntad popular, a la que en contraste uno y otro dicen representar, indica que el caballo de Troya está cerca de las sedes de los tres altos poderes. Lo que quiso hacer el M-19 con el asalto al Palacio de Justicia, lo están logrando los comunistas colombianos y su brazo armado, gracias a la vanidad e incompetencia estratégica y gubernamental de Santos y sus asesores.

      7. El Congreso de la República que debería ser el juez natural en todos los campos de las actuaciones del mandatario, dejó de serlo para convertirse en cómplice de la cesión de la soberanía a los terroristas. La razón es elemental e histórica por desgracia: Los planes del mal denominado postconflicto suponen envío de ingentes recursos financieros a las regiones incluidas las ayudas internacionales, entonces para que los cabecillas de las Farc no se vayan a robar todo, los por siempre amigos de la nómina y el presupuesto, congresistas colombianos adscritos a las líneas gobiernistas de turno, irán por sus tajadas, sin importar que las obras se hagan o no, pues ya Colombia se acostumbró a las casas en el aire y los puentes donde no hay río. Además eso conviene  a las Farc para seguir en su Plan Estratégico.

      8. El espectáculo de las zonas de concentración de los terroristas, solo ha servido para multiplicar la presencia armada en vivo y en directo de las Farc, sin que sea ni cierto, ni probable el cumplimiento del cronograma de “dejación de las armas”, pues eso no figura en el diccionario de los terroristas.

     9. A las Farc no les interesa que sus cabecillas participen directamente en política con curules, pues para su suerte ya tienen curules muy afines con personajes que como dice la Biblia, por sus hechos los conoceréis. A las Farc les interesa conseguir estatus de beligerancia, es decir que les quiten el rótulo de terroristas, que los reconozcan internacionalmente como actores políticos, que gobiernos proterroristas como el de Correa en Ecuador, Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua, la dictadura castrista en Cuba o la teocracia iraní les permitan abrir embajadas, para continuar su lucha por la toma del poder.

     10.  Además, que este es otro as bajo la manga que tienen Rusia y China a mediano y largo plazo como parte de su expansión hacia el patio trasero de Estados Unidos.

      11. Por las anteriores razones, es que arrogante Timochenco, advirtió el punto concreto del gobierno de transición, es decir la subida al poder de un laxo manipulable como De La Calle o un socio de los terroristas miembro del partido comunista clandestino de las Farc, que en lugar de exigirles la entrega de las armas en las zonas de concentración, siga “dialogando” con ellos acerca de la solución a “las causas políticas, sociales y económicas que originaron el conflicto”: Naturalmente las argüidas por los comunistas y tratadas de enmascarar por los demagogos de siempre desde el gobierno y los partidos tradicionales, convencidos que pueden seguir pelechando a costa de la miseria de los colombianos de menores recursos y de la violencia comunista.

     12. Mientras tanto, las Farc seguirán engañando al país y haciendo más espuma con el ego de Santos que ahora se auto identifica como un apóstol pacifista, los cómplices de las Farc utilizarán a los idiotas útiles en el congreso y otras altas instancias para desvertebrar las Fuerzas Militares de manera progresiva, e ir suplantando a las “corruptas altas cortes burguesas” que para su propia desgracia, son las mismas que les sirven de trampolín, para seguir en la descomposición interna del “enemigo de clase”

     13. De seguro que muchos incrédulos, enmermelados, o pacifistas dirán que lo dicho aquí son tesis uribistas, resentimientos militaristas, y mil epítetos más; igual que cuando se publicó el primer volumen del Cartel de las Farc, y hoy nadie puede decir que las Farc no son un cartel de narcotraficantes: Luego se dijo que las Farc tenía nexos con el terrorismo islámico, con Eta y con Ira. Llovieron críticas de los “sabelotodo analistas” y de altos políticos pacifistas, pero el tiempo dio la razón.

    14. Por dinámica de los hechos, quedará claro que el Premio Nobel a Santos fue una jugada politiquera sin beneficio para el país, los ineptos congresistas enmermelados y los “sapientes” jurisconsultos de las altas cortes pasarán al retiro con salarios exorbitantes e inmerecidos, los hijos de los actuales “dueños del país” seguirán desangrando el erario y los comunistas seguirán la estela de barbarie, violencia y terror contra Colombia.

     Entretanto, los dueños del capital, que nunca han cedido ante las agresiones armadas en sus feudos, podrían optar por armar su propios ejércitos como señores de la guerra criollos, y para entonces el reducido Ejército Nacional será incapaz de contener la violencia, entonces Colombia seguirá siendo tercermundista, atrasada y alejada del Primer Mundo.

      15.   Todo esto para concluir que Colombia no necesita un presidente Premio Nobel de Paz, sino un gobernante que cumpla su deber, un congreso honesto, unas cortes con sentido de país,  un pueblo informado que no sea manipulado por los detentores del caos y la violencia y claro está, unas Fuerzas Militares donde los altos mandos sean leales a sus abnegadas tropas, que no se dejen comprar la conciencia ni con primas de silencio, ni con medallitas de hojalata, ni con espadas de 35.00 pesos para lucir en el uniforme dizque como “Mención Presidencial de la Paz”, porque esta conducta anómala, equivale a un gran parecido con los ejércitos africanos al servicio de los dictadores o las milicias musulmanas tribales encabezadas por los señores de la guerra en Afganistán.

Nada más pero tampoco nada menos… diría el extinto Arturo Abella.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.com

Especialista en defensa nacional, geopolítica y estrategia.

El coronel Luis  Alberto Villamarín Pulido es analista de asuntos estratégicos, especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional, temas sobre los cuales ha escrito y publicado 31 libros y analista permanente de CNN en español. Para leer algunos de los libros escritos por el coronel Villamarín haga click aquí

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