Análisis del conflicto colombiano
Debido a que los camaleónicos y enmermelados congresistas colombianos se negaron reunirse con sus pares de las Farc en el recinto del parlamento, el Alto Consejero del Postconflicto (cargo con nombre bastante rimbombante frente a la ineptitud de quien lo ocupa), Rafael Pardo Rueda, acudió a la deslealtad manifiesta en los dirigentes políticos colombianos al criticar en la Plaza de Bolívar, que los terroristas de las Farc no fueron recibidos en el capitolio, mientras que durante el gobierno de Uribe si se permitió el ingreso de los mal llamados paramilitares a ese recinto.
Olvidó intencionalmente Pardo Rueda, que fue precisamente él quien obró como ponente de la ley de Justicia y Paz que a la larga permitió tanta laxitud con criminales, narcotraficantes y genocidas integrantes de las autodefensas ilegales, que entre otras cosas crecieron ante la incapacidad del Estado para contrarrestar las Farc, el Eln y el Epl, otros grupos terroristas de filiación comunista, que crecieron matemática y geográficamente desde 1991, cuando en una ventolera enfocada en el presupuesto y la nómina como fascina a todos los politiqueros colombianos, a César Gaviria se le ocurrió la “brillante idea” de poner un civil en cabeza del Ministerio de Defensa, dizque para representar políticamente a los uniformados.
La historia indica que en medio de una fanfarronada propia de nuestra tropical dirigencia política, en condición de primer civil como ministro de defensa, Pardo Rueda afirmó con enorme prepotencia, que en 18 meses sometería al narcoterrorismo comunista. En contraste sufrió la vergüenza que la historia no le perdonará, de haber permitido la fuga de Pablo Escobar por física ineptitud y miopía en temas de seguridad nacional, y de remate el final del cuestionado gobierno de Gaviria, estuvo marcado por violentas ofensivas de las Farc en todo el territorio nacional incluidas las goteras de Bogotá, sin que Pardo Rueda supiera ni entendiera de estrategia para contrarrestar la oleada terrorista, sumada a que con arrogancia y conocida introversión personal, tampoco contó con el mando militar para idear respuestas integrales al reto.
En ese momento nadie lo juzgó ni lo criticó. Por el contrario como los gatos cayó parado y se escondió en una universidad en Estados Unidos. Dos años después, regresó al país a seguir pelechando de la burocracia que paga puntual el presupuesto nacional. Oportunista y mediocre como todos los de su especie, Pardo Rueda se volvió antipastranista y prouribista en 2002. Para el efecto se salió del Partido Liberal y se lanzó como senador a la sombra de Álvaro Uribe. Así reencauchó y lavó la pésima imagen que dejó su pobre paso por el Ministerio de Defensa.
Después traicionó a Uribe y se convirtió no solo en crítico del mandatario antioqueño, sino que llegó al exabrupto de presentarse a elecciones presidenciales como candidato del Partido Liberal. Aunque desde los editoriales de El Tiempo, su partner Enriquito Santos le ayudaba con mentiras y falsedades tales como, dizque Pardo Rueda dirigió la Operación Colombia sobre Casa Verde contra las Farc, con el calculado fin de posicionarlo como un tipo fuerte, lo cierto es que los electores liberales lo castigaron y muy duro.
En consecuencia, Pardo Rueda sumió al Partido Liberal en el mismo ostracismo que Andrés Pastrana, Noemí Sanín y Martha Lucía Ramírez sumieron al Partido Conservador. Al punto que al día de hoy ninguna de las dos colectividades políticas tradicionales pesa en el escenario político y sus congresistas y ministros en el gabinete, gravitan alrededor de la mermelada, las mentiras de la paz, y las patrañas de Juan Manuel Santos y no de las tesis filosóficas u operativas de sus partidos.
Producto de la apabullante derrota del Partido Liberal en las urnas, Pardo Rueda era parte de los politiqueros chamuscados y sin futuro. Pero una vez más cayó parado como los gatos. La trapacería usual de Juan Manuel Santos llevó a Pardo Rueda, a ocupar por segunda vez un cargo ministerial en la cartera de Trabajo. E igual que en 1991 cuando entró al Ministerio de Defensa sin saber nada del tema y salió en similaress condiciones del mismo, así fue su pobre gestión en el Ministerio de Trabajo.
Luego tuvo una palomita pantallera en la Alcaldía de Bogotá ante la destitución de Petro. Una vez más Santos lo rescató y lo puso de ministro del postconflicto luego llamado Alto Consejero del Postconflicto, cargo en el que tampoco ha dado pie con bola.
Pero fiel a su estilo de poner cara de morrongo frente a las dificultades, Pardo Rueda ha pasado de agache sin responder por el esperpento de las zonas veredales cuyo lapso se vence en 30 días, sin que ni siquiera se hayan construido las instalaciones impuestas por las Farc, sin que los terroristas hayan devuelto a los menores edad, sin que se hayan cumplido los cronogramas del pacto Santos-Rimo y sin que los bandidos entreguen las armas.. Todo esto pese a que esa es la función esencial del cargo de Pardo Rueda.
En síntesis, Pardo Rueda ha sido un incapaz convidado de piedra en este cargo, pues ni suena ni truena, pero se sostiene ahí con elevado salario, escoltas y mil prebendas más, gracias a su amistad con Santos, su relación afectiva con una periodista que le sirve de multiplicadora de las mentiras de la paz santista y la extensa red de tentáculos politiqueros que ha tejido desde los inmerecidos cargos públicos que ha ocupado.
El 21 de marzo de 2017, la periodista María Isabel Rueda publicó en El Tiempo una entrevista a Rafael Pardo Rueda, para que en su condición del rimbombante cargo de Alto Consejero del Postcoflicto, Rafael Pardo Rueda explicara al país, la verdad de lo que sucede con la injustificada demora de las Farc para entregar las armas.
Estas son las preguntas claves de la periodista y las respuestas mentirosas de Pardo Rueda:
P: He estado buscando a alguien que me conteste si ya comenzaron a entregar las armas, cuántas han entregado, y si se van a cumplir los plazos fijados. ¿Usted, como ministro del Posconflicto, me puede responder?
R: Las armas deben estar entregadas a la ONU el día D+150. El proceso comenzó el día D+90. No tengo conteos parciales.
P: Usted usa precisamente la palabra “proceso”. Y proceso significa que algo empieza a darse un día y termina de darse otro día. ¿Usted puede explicarnos si las etapas de ese proceso de desarme se están dando?
R: Le repito: el día D+150 informaremos exactamente cuántas armas se entregaron y cuántas se tienen que destruir. Esto no es como hacer un inventario de una tienda. Tiene toda una complejidad, y supongo que lo estamos haciendo muy bien.
P: Si no fueran tan importantes los plazos de esa entrega de armas, pues no se habrían pactado en los acuerdos. Pero allí los pactaron: que el 30 por cierto de armas se entregaría en tal fecha, 40 en otra fecha, y el resto al final. ¿El plazo y la cantidad de armas pactados se han cumplido hasta hoy?
R: Se cumplirán el día 150.
P: Mire que yo no soy la única confundida. Hasta el propio presidente Santos tuvo que rectificar un tuit en el que decía que ya se habían entregado 17.000 armas, y luego tuvo que aclarar en otro que no es que se hayan entregado sino que se van a entregar…
Fue un error, pues el Presidente se refería al inventario que tiene Mindefensa sobre las armas de las Farc. Ese armamento esperamos que se entregue en la ONU a más tardar el día 150.
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Hoy 30 de abril de 2017, se cumplieron 150 días de la existencia de las zonas veredales que no son transitorias sino que serán permanentes, pero como era obvio de esperar, no resultó cierta ninguna de las respuestas marrulleras de Pardo Rueda.
El punto clave es que Santos y los altos funcionarios de su gabinete mienten con la misma facilidad que respiran, les importa un comino el futuro del país, son presas de las imposiciones de las Farc que quizás los chantajean con secretos por revelar, y de repeso carecen de concepción geopolítica y estratégica de lo que realmente quieren los comunistas armados y desarmados contra Colombia.
A este ritmo, se le acabará el desgobierno a Santos, las Farc seguirán armadas, los bailarines funcionarios de la ONU seguirán viaticando en dólares sin ningún afán por que se acabe el problema, las Farc seguirán apoyando a Maduro, el Eln seguirá desarrollando el libreto preacordado con las Farc y de paso se reunirán esta semana en Cuba con la venia del gobierno y los cómplices del narcoterrorismo; el dinero y los ingentes recursos de las Farc seguirán intactos pues ahora el Estado colombiano los mantiene con alimentos de mejor calidad de la que le suministran a los soldados, y el Plan Estratégico que desarrollan las Farc y los comunistas seguirá viento en popa hacia el socialismo del siglo XXI.
Las razones anteriores indican que Pardo Rueda es desleal y mentiroso. Pero sigue ahí pelechando del erario nacional con la misma cara de morrongo, que puso en 1992 cuando no supo responder a los periodistas, ante la pregunta si debía renunciar al Ministerio de Defensa, por el fiasco de la fuga de Pablo Escobar de la cárcel de La Catedral.
Pero como Colombia padece de amnesia crónica, nada de raro será que Rafael Pardo Rueda vuelva a ser candidato presidencial y que haya estúpidos que lo elijan.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en Geopolítica, Estrategia y Defensa Nacional
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es un oficial graduado en Estado Mayor, especialista en defensa nacional, geopolítica y estrategia temas sobre los cuale sha publicado 31 libros, conferenciante invitado en varias universidades del mundo y analista permanente de aspectos relacionados con estos temas para la cadena de televisión internacional CNN y otros medios de comunicación de diversos países.
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